El consejero de Empleo e Industria de Asturias, Isaac Pola, se sumó ayer a la petición de la siderúrgica Arcelor-Mittal para que se adopte "alguna barrera técnica o fiscal que permita poner en igualdad de competencia" a las industrias de la Unión Europea, que preservan el medio ambiente y afrontan los altos costes de los derechos de emisión de CO2, y las de aquellos países terceros que no incurren en ese costes, lo que les permite inundar el mercado europeo con importaciones a precios ventajistas en una suerte de "competencia desleal".

Arcelor-Mittal explicó anteayer que fabricantes de países emergentes, y en particular Turquía, están realizando cuantiosas expediciones de productos siderúrgicos hacia la UE sin cumplir las mismas condiciones ambientales ni incurrir por ello en costes análogos. Parte de las producciones que entran en Europa son fabricaciones desviadas hacia la UE a causa de los aranceles aplicados por EE UU, lo que se suma a la sobrecapacidad existente.

Sindicatos. Los sindicatos de Arcelor-Mittal que participan en la negociación del acuerdo marco y próximo convenio colectivo (UGT, CC OO, USO, ELA, LAB y CSI) pretenden consensuar una posición común con una plataforma reivindicativa unitaria. En el caso de Asturias, la representación de las plantas de la región pretenden mantener también una sola posición en los aspectos específicos a negociar con la empresa sobre las instalaciones de la región.

Tres de los sindicatos, UGT, CC OO y USO, consultados ayer, coincidieron en demandar una mejora de las condiciones socio-laborales tras el "esfuerzo realizado por la plantilla" durante los tres últimos años (2016-2018), en los que la empresa, indicaron, mejoró su resultado neto en el 189% y el resultado operativo, en el 60%, mientras la plantilla habría perdido el 0,4% de poder adquisitivo, según cálculos de CC OO. Los resultados de 2018, en los que las plantas asturianas batieron sus récords de producción, avalan esta demanda, dijeron las centrales.

Las sombrías expectativas para 2019 anunciadas por la compañía por la carestía de la energía, el encarecimiento de los derechos de emisión de CO2, la entrada de producción extraeuropea a bajo coste, los aranceles y la desaceleración económica, explican, dijeron, la existencia de algunas regulaciones temporales de empleo "que hace tiempo que no teníamos". No obstante, precisaron que están afectando a algunas plantas acabadoras (está parada una línea de hojalata hasta el día 12) por algunas disfunciones temporales y readaptaciones en algunos clientes, mientras que otras están a "pleno rendimiento". Varias centrales dijeron que, con su pesimismo, la empresa podría tratar de "apretar" en la negociación del convenio.