La industria asturiana atisba nubarrones en el horizonte. Un 14% de las compañías de este sector, corazón de la economía del Principado, prevé recortar su plantilla en los próximos meses. Son muchos más de los que estiman que contratarán nuevo personal, sólo un 3%. Así lo señala la encuesta de coyuntura que divulgó ayer la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). Todo pese a que un 34% de los empresarios reconocen que ahora mismo tienen un nivel alto de cartera y una buena producción.
La industria asturiana cree que en unos meses las cosas van a ir a peor. Tanto, que un 9% de estas compañías estima que su producción va a disminuir en el corto plazo. El porcentaje parece pequeño, pero es el más pesimista desde el verano de 2016. Una parte relevante también de las empresas considera que los precios de sus productos van a caer a no muy tardar.
La peor parte parece que se la volverá a llevar el empleo. Aunque, de momento, un 83% de las empresas industriales reconoce que tiene previsto mantener sus plantillas inalteradas, tal y como las tiene ahora mismo, hay un 3% de ellos que sí que tiene previsto contratar para abordar un posible aumento de la demanda, mientras que el resto (el 14%) va a meter tijera.
Este palpitar industrial coincide con las expectativas que, por ejemplo, contempla la patronal asturiana FADE. Los empresarios aseguran que las expectativas para este año de la economía asturiana son "moderadamente optimistas, pero están sujetas a una notable incertidumbre". Es precisamente la industria la que presenta mayores incertidumbres debido a la ralentización de la economía global y la europea y a los posibles efectos de la transición energética.
Todo esto puede truncar la carrerilla que había cogido la industria asturiana durante los últimos meses. Así, por ejemplo, el índice de producción de la propia Sadei refleja un incremento del negocio del 2% en 2018, por encima de lo registrado el año anterior. Sin embargo, algunas grandes industrias asturianas han entrado en 2019 con mal pie. Arcelor tiene programadas varias paradas en sus talleres regionales, mientras que Saint Gobain, con planta en Avilés, también tiene previsto recortar producción.
