Madrid, Baleares, Murcia y Canarias son las únicas regiones que sobre el papel podrían costear las nóminas de sus pensionistas con las cotizaciones que hacen sus trabajadores y empresas, en el supuesto de que se eliminara el criterio de "caja única" de la Seguridad Social. El resto de España presenta déficit y el mayor está en Asturias: unos 2.500 millones al año. Expresado como lo hace un estudio del economista José Antonio Herce, cada pensionista asturiano recibe por término medio casi 8.300 euros al año que proceden de dinero que el sistema ingresa en otros territorios.
Herce hace una aproximación al balance de las pensiones por comunidades autónomas que, explica él mismo, "refleja muy bien la solidaridad territorial que el sistema practica", un modelo de reparto caracterizado por el hecho de que las cotizaciones de las generaciones que trabajan pagan las prestaciones de las generaciones jubiladas. Los cálculos de este profesor de Universidad Complutense de Madrid -también miembro del Foro de Expertos de BBVA y antiguo socio de la consultora Analistas Financieros Internacionales- se basan en información estadística de la Seguridad Social del año 2017 y arrojan resultados como los que se comentan a continuación.
El déficit nacional. El desfase entre gastos en pensiones e ingresos en cotizaciones (déficit contributivo, anterior a las transferencias que el sistema recibe de los impuestos) superó en el citado ejercicio los 17.600 millones de euros en el conjunto de España, con una ratio de 1,9 trabajadores cotizantes por cada pensión.
La España con superávit. Puede decirse que Baleares es la región que más aporta a los flujos de solidaridad entre ciudadanos de todo el país propio del modelo de "caja única" (todo el dinero va una sola caja de ámbito estatal y se reparte según los derechos generados por los individuos beneficiarios, sin considerar criterios territoriales). Como media, cada cotizante del archipiélago aporta 1055 euros anuales para pagar nóminas de pensionistas de otras regiones. A continuación aparecen Madrid (693 euros), Murcia (421 euros) y Canarias (217 euros).
La España con déficit. Hasta ahí llega la porción de España que aporta más de lo que recibe del sistema de pensiones. Las otras trece autonomías tienen un desfase entre ingresos y gastos particularmente elevado en las regiones cantábricas y en otras del Norte (Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Galicia y Aragón), que tienen los mayores niveles de envejecimiento, tasas de actividad menores que las de otras zonas y, con frecuencia también, pensiones superiores a la media nacional. "Si Castilla y León, Galicia o Asturias tuviesen sistemas de pensiones de reparto independientes estarían muy lejos de poseer la base demográfica que garantizase la sostenibilidad de sus sistemas debido al elevado grado de envejecimiento de la población", expone José Antonio Herce sobre lugares donde la proporción de mayores de 65 años ronda el 25%.
El agujero asturiano. La dependencia de Asturias de la "caja única" de la Seguridad Social tiene estos números: las cotizaciones de los asturianos (2.084 millones en 2017) dan para cubrir el 45% del gasto en pensiones (4.587 millones), desfase acrecentado por el hecho de que la región tiene la tercera pensión media más alta de España (15.197 euros anuales) y porque la ratio de cotizantes por pensión es la más baja de todas (1,2, frente a los 2,6 de Baleares o Madrid). Herce ve así el balance asturiano: "En proporción a sus ingresos por cotizaciones (...), la comunidad autónoma que tiene la peor situación es Asturias, cuyo 'subsistema' de pensiones exhibe un déficit de 2.500 millones, con ingresos manifiestamente insuficientes para afrontar el pago de pensiones desproporcionadamente elevadas en relación a su estructura laboral actual y que traen causa de un pasado industrial de altos salarios".
