Las plantas de Arcelor-Mittal agrupadas en el llamado clúster Asturias (las asturianas, la de Sagunto en Valencia y las vascas de Lesaka y Etxebarri) registraron durante el año pasado beneficios de récord, inéditos desde que existe esa agrupación de factorías. Así se lo transmitió ayer la dirección de la multinacional durante una de las primeras reuniones para negociar el nuevo acuerdo marco de la siderúrgica con los sindicatos y que tuvo lugar en Madrid. Estos resultados suponen que los empleados de la compañía podrán cobrar íntegramente las variables ligadas a la productividad y que alcanza el 1% del salario bruto anual. Tocarán, según las cuentas de las centrales, a unos 400 euros de media por cabeza.

Esa paga "extra" la recibirá la plantilla este mismo mes de febrero. Los buenos resultados, matizaron los sindicatos, se centraron sobre todo en las factorías de productos planos como la de galvanizado o la de hojalata. Dos productos que no han entrado en 2019 con buen pie. El primero ya notó a finales del año pasado el bajón de la demanda de la industria automovilística que, fruto de la caída de las ventas de coches con motores diésel, retrajo sus pedidos. Mientras que la hojalata está tocada por la desaceleración del consumo (se destina principalmente a fabricar latas de conserva o de bebidas). La factoría avilesina de este producto ha tenido que parar su actividad varias veces este año.

Una parte de la citada paga está vinculada a lograr objetivos de productividad cuyos criterios, según han denunciado los sindicatos, son bastante opacos. La otra mitad está conectada con los objetivos de Ebitda (las ganancias antes de impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones) por tonelada. Éste es el tercer año que la plantilla tiene este plus de productividad.

Durante la reunión en Madrid, los sindicatos en conjunto (UGT, CC OO, USO, CSI y el vasco ELA) presentaron una plataforma de cara a la negociación del acuerdo marco del grupo, que incluye medidas como una reorganización de los turnos de vacaciones, un asunto que preocupa bastante a los empleados de la siderúrgica en Asturias. También plantean la necesidad de incorporar a un mínimo de cien eventuales por año a través de contratos de relevo, así como crear una bolsa de trabajo que ayude a cubrir las bajas de larga duración. Y que este personal que entre de nuevas en la siderúrgica lo haga cobrando el cien por cien del salario, porque hasta ahora las incorporaciones tenían limitados sus sueldos.

En su propuesta, las centrales exigen también nuevas inversiones que garanticen el futuro de las plantas y medidas que ayuden a mitigar el exceso de horas extra. Demandan una subida de las nóminas del 4%, al entender que la plantilla ya ha hecho durante estos últimos años suficientes esfuerzos por apretarse el cinturón y que llega el momento de recuperar el terreno salarial perdido. A mayores, los sindicatos plantean una reducción de las horas de trabajo. El objetivo es conseguir una jornada laboral de 35 horas semanales, apuntó ayer un sindicalista tras el encuentro.

Otro de los retos que se han planteado las centrales es que el nuevo acuerdo marco englobe a todos los trabajadores de la multinacional, incluidos los llamados de fuera de convenio y que tienen unas condiciones especiales y pactadas de forma individual con la compañía. Generalmente en este grupo están incluidos los jefes o mandos intermedios del grupo.

La empresa recogió todas estas propuestas para estudiarlas y prometió dar una respuesta lo más pronto posible, aunque aún no hay fecha para una nueva reunión.