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Los partidos llaman a preservar el empleo y todas las sucursales

El Gobierno regional, la Federación Socialista Asturiana y el PP evitan pronunciarse, por ahora, sobre la oferta de Abanca

Los partidos llaman a preservar el empleo y todas las sucursales

El Gobierno regional y los dos partidos mayoritarios en Asturias, PSOE y PP, optaron ayer por el silencio y la cautela ante la oferta de Abanca para la compra de Liberbank. Las restantes formaciones políticas no ocultaron sus recelos ante la posibilidad de que una nueva fusión bancaria pueda acarrear recortes de plantilla y cierre de oficinas bancarias en Asturias.

Emilio León, diputado de Podemos en la Junta General, se mostró muy crítico acerca de las consecuencias de esta operación bancaria. " Ha disparado las acciones en bolsa de Liberbank y puede alegrar el día de los tenedores de acciones, pero no tiene porqué ser una buena noticia para la población asturiana", alertó el parlamentario de la formación morada.

"No se trata de una apuesta estratégica sostenible sino de una huida hacia adelante: fusión de sucursales y abandono bancario, encarecimiento de costes, precariedad laboral y endurecimiento del acceso a créditos hipotecarios", valoró León, quien fue también muy crítico con Liberbank. "Asturias necesita una entidad bancaria preocupada por su crisis industrial, el alto coste de la vivienda o del impulso de un tejido sostenible de pymes y microempresas, no por generar plusvalías para los fondos buitre, cuya presencia no ha parado de aumentar desde la creación de Liberbank", afirmó el diputado podemista. El que fuera candidato a la presidencia del Principado por la formación morada hace casi cuatro años cree que "es el momento de que los responsables de la pérdida de autonomía crediticia asuman sus responsabilidades y dejen de ser alabados como grandes gestores. En opinión de León, "las escuchas del excomisario Villarejo son mucho menos relevantes que lo protagonizado por personajes como Manuel Menéndez, al que no se le escucha rendir cuentas de la gestión de un banco que sigue teniendo una presencia pública relevante, por más que actúe como si los fondos para su constitución los hubiesen salido de su patrimonio personal".

Para Ovidio Zapico, de IU de Asturias, se trata de "una mala noticia". El parlamentario regional entiende que, de concretarse, dicha operación "implica la pérdida definitiva de cierto control público de Liberbank y de su asturianía". También dejó entrever que "parece una OPA hostil y eso supone un incremento de la tensión societaria en una entidad financiera muy importante para la sociedad asturiana". El diputado de IU también expresó la preocupación de su partido porque este nuevo paso "afecte al empleo y más concretamente al de las oficinas en las zonas rurales". Zapico pidió que se garantice el mantenimiento de los puestos de trabajo y de las oficinas bancarias.

También Pedro Leal, diputado de Foro en la Junta, planteó que "esta nueva operación no debe, en ningún caso, suponer más cierres de oficinas y pérdida de puestos de trabajo, como ocurrió con la creación de Liberbank". La formación forista se remitió a los precedentes para justificar sus recelos: "Los asturianos ya hemos visto las consecuencias del expolio de la Caja de Ahorros de Asturias, que primero se deslocalizó a Madrid y ahora no sabemos dónde acabará. La integración de la extinta Cajastur en el grupo Liberbank nos abocó a la pérdida de soberanía financiera y de empleo estable, cualificado y remunerado", dijo Leal.

Ciudadanos evitó valorar "decisiones de empresas privadas", indicó su diputado regional Armando Fernández Bartolomé. "Pero en cualquier caso creemos que nada puede pasar por menos oficinas y menos personal en Asturias". Ni la Federación Socialista Asturiana ni el PP regional quisieron pronunciarse "por el momento" sobre esta posible operación.

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