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Los vocales independientes, claves para el desenlace si los accionistas se dividen

El consejo, con cuatro representantes de las cajas y tres de fondos y empresas, dependerá de los cuatro no adscritos para dirimir divergencias

Los cuatro vocales independientes del consejo de administración de Liberbank (Pedro Rivero, presidente del banco; la asturiana María Garaña, la británica Davida Marston y Jorge Delclaux) tendrán un papel decisivo para determinar la posición que adopte el órgano ejecutivo del grupo tanto sobre la fusión con Unicaja como en el caso de que el banco sea objeto de una opa por parte de Abanca o de otro oferente si, en cualquiera de esos procesos, los administradores que representan a grandes accionistas adoptaran posiciones divergentes que quiebren la unanimidad que ayer sí se produjo en el consejo.

Las antiguas cajas de ahorros fundadoras de Liberbank (actuales fundaciones bancarias Caja de Asturias, Caja de Extremadura y Caja Cantabria) suman cuatro votos de once (36,26% del consejo, aunque disponen del 24,31% del capital), dado que a sus tres consejeros (los asturianos Felipe Fernández y Encarnación Pérez y el extremeño Víctor Bravo) hay que sumar al asturiano Manuel Menéndez, primer ejecutivo de la entidad, quien, aunque no representa a las antiguas cajas, fue propuesto al cargo por ellas y presidió Cajastur. Las fundaciones operan como un bloque único.

Los otros tres grandes accionistas presentes en el consejo de Liberbank (el fondo anglo-maltés Oceanwood, representado por el gallego David Vaamonde; el empresario mexicano Ernesto Tinajero y el asturiano Luis Masaveu, designado por Corporación Masaveu) suman tres votos (el 27,27% del consejo) aunque tienen el 29,85% del capital entre participaciones individuales y las de los grupos que representan.

En el caso de divergencia de posiciones entre los grandes accionistas presentes en el consejo sobre el plan de fusión con Unicaja o la aceptación o rechazo de una eventual opa -y cualquiera que fuese los alineamiento posibles entre ellos, salvo en un supuesto- el voto de los administradores independientes sería determinante. La única combinación en la que sus cuatro votos serían intrascendentes es en el supuesto de que sólo un consejero dominical (representante del capital) discrepara de los otros seis.

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