Duro Felguera ganó el año pasado 37 millones (beneficio después de impuestos) frente a unas pérdidas en 2017 de 254,5 millones. La mejora se produjo como consecuencia del fuerte saneamiento realizado en el pasado ejercicio con la macroampliación de capital realizada para eludir la situación legal de disolución tras haber incurrido en situación patrimonial neta negativa.

No obstante, la facturación del grupo siguió reduciéndose a causa de los avatares por lo que paso desde fines de 2016 y la incertidumbre que pesó sobre la continuidad de la empresa, lo que debilitó, junto con la falta de avales, la contratación. Esta se situó en el último ejercicio en 78,79 millones (el 86,3% por debajo de un año antes y la facturación alcanzó en 2018 los 421,23 millones (el 32,5% menos). El "ebitda" o resultado bruto operativo fue negativo en 155,39 millones, el 10,19% superior, debido a haber realizado provisiones extraordinarias en proyectos y saldos a cobrar en Venezuela y Argentina y un descenso en la actividad.

Tras el fortísimo saneamiento realizado mediante la ampliación de capital y el acuerdo con la banca acreedora, la deuda financiera menguo el 98,72% y cayó de 271,88 millones a 3,47 millones.

La empresa anunciará en la próxima junta general de accionistas la revisión de su plan estratégico y diversas medidas para su fortalecimiento patrimonial.