El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, defendió ayer la decisión de solicitar el cierre de las centrales térmicas de carbón de Tineo (Asturias) Meirama (A Coruña y La Robla (León), unas instalaciones que deberán estar paradas en junio de 2020. "Más triste que una fábrica parada es una fábrica que está en marcha y que pierde dinero", dijo Reynés en la junta de accionistas del grupo.

El ejecutivo remarcó que Naturgy se ha comprometido a recolocar en otros centros de trabajo a buena parte de la plantilla de las térmicas y a buscar salidas individualizadas y pactadas con el resto. El desmantelamiento de las centrales comenzará cuando se obtengan los permisos. Naturgy cree además que el Plan de Energía y Clima presentado pro el Gobierno y que prevé el cierre de todas las térmicas antes de 2030 no sufrirá cambios de alcance aunque cambie el ejecutivo después de las elecciones. "Independientemente de quién gane, entiendo que la hoja de ruta va a ser más o menos igual", dijo Reynés, que cree que el plan expuesto por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es "bastante coherente", y que "las influencias de la política tienen sus limitaciones" frente a tendencias globales como el cierre de las nucleares y de las centrales de carbón. "Tenemos una brújula para entender por dónde pueden ir las cosas", dijo.