El Banco Central Europeo (BCE) recortó ayer su previsión de crecimiento para la eurozona en más de un tercio respecto a su pronóstico de diciembre (el PIB del área monetaria crecerá en 2019 el 1,1%, según el nuevo diagnóstico, seis décimas menos que el 1,7% anunciado hace tres meses) y redujo su estimación de inflación en una cuarta parte: su previsión es que el índice de precios de consumo avance el 1,2%, cuatro décimas menos del 1,6% vaticinado en diciembre y lejos del objetivo del 2%.

El BCE, que agravó el tono sombrío de sus predicciones ante la acusada desaceleración europea, volvió a postergar la primera subida esperada de tipos oficiales de interés desde 2011 hasta al menos el fin de este año y algunos consejeros propusieron posponerla hasta no antes de marzo de 2020.

Con ello, el tipo oficial de interés seguirá en el insólito 0% y la tasa aplicada para penalizar a los bancos por el depósito en el BCE de su liquidez sobrante persistirá en el -0,4%.

La decisión, tomada por unanimidad, implica el reconocimiento de que la actividad está debilitándose de forma acelerada en el área del euro. Para intentar conjurarlo y alimentar la inflación, el BCE decidió a su vez reactivar a partir de septiembre sus abandonados planes de subastas trimestrales de liquidez a la banca (los programas TLTRO), con inyecciones de dinero ultrabarato a un plazo de dos años y condicionadas a que se destinen a otorgar préstamos a empresas y familias, y no a la compra de deuda u otros activos. La "barra libre" persistirá hasta el menos marzo de 2021.

Los oscuros presagios del BCE para 2019 (sólo una décima más favorables que los que divulgó anteayer la OCDE) supone la cuarta revisión consecutiva a la baja de sus pronósticos en los últimos doce meses. El recorte afectó también, aunque con menos intensidad, a su previsión para 2020. Para el próximo año el BCE espera un avance del PIB 1,6%, una décima menos de lo que auguró en diciembre.

El euro se debilitó tras la noticia y las Bolsas europeas cayeron de forma generalizada (especialmente, los bancos), lo que se transmitió a la de Nueva York.