El precio de la vivienda de nueva construcción repuntó con una tremenda fuerza durante el último trimestre del año pasado. Creció un 8,7%, en comparación con el mismo periodo del año anterior, un porcentaje no visto desde el primer trimestre de 2008 cuando la construcción aún estaba en auge aunque con algunos indicadores que comenzaban a señalar el enorme desplome que tuvo meses después. Por aquel entonces, los pisos a estrenar se habían encarecido un 9,2%.

Precisamente, ese 2008 había marcado un cambio de tendencia en el mercado de la construcción, al menos en lo que a los precios se refiere. Hasta entonces, los pisos venían encareciéndose en cotas superiores al 10%, pero a partir de ese trimestre, con algunos altibajos el ladrillo fue viniéndose abajo.

El crecimiento de los precios se produce además en un contexto en el que las obras de nueva construcción están creciendo. También lo está haciendo la demanda, aunque aún con el freno de mano echado. Ya comienzan a verse numerosas grúas en barrios de Oviedo, Siero o Gijón, por ejemplo.

El mismo escenario se está dando a nivel nacional. En el conjunto del país los precios subieron un 6,7% a cierre de 2018 registrando su mayor alza desde 2007 y encadenando cinco años consecutivos de incrementos, según señalan las cuentas que acaba de divulgar el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sumadas, tanto la vivienda nueva como la usada, el incremento del precio de la vivienda en la región alcanzó el 3,4% durante el último trimestre del año pasado. En concreto, los pisos de segunda mano se encarecieron un 2,6% en Asturias.

Madrid y Cataluña fueron las comunidades en las que más se incrementaron los precios en el conjunto del país.