Arcelor-Mittal iniciará el día 1 de octubre las obras de la segunda fase de la ampliación de la acería de Avilés, una inversión que permitirá a la siderúrgica abrir nuevas líneas de negocio y reforzarse en mercados como el suministro de acero para torres eólicas y para la construcción naval. Los trabajos consistirán en la remodelación de la segunda máquina de colada continua (la otra fue cambiada en 2016) y estarán concluidos a mediados de diciembre. Tras las pruebas oportunas, la acería remodelada podrá producir a todo gas en 2020.
El calendario se lo detalló ayer el comité de dirección de la multinacional a los sindicatos durante una reunión para presentar los resultados del llamado "clúster Asturias", del que forman parte las plantas de Avilés y Gijón, la de Lesaka, la de Etxebarri y la de Sagunto. Tales resultados fueron de récord, con registros históricos de producción en varios de los talleres asturianos. Tanto que el Ebitda del clúster -beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones- superó los 300 millones. Fue fundamentalmente gracias a la contribución de los talleres de productos planos.
La producción total de las plantas asturianas alcanzó los 4,9 millones de toneladas de acero, muy cerca de los cinco millones a las que se aspiraba llegar. Este último objetivo, coincidieron tanto la empresa como los sindicatos, se hubiera logrado si no hubiera sido por la inundación que afectó a la acería de Avilés el pasado junio y al incendio que dejó inoperativas durante varios días las baterías de coque.
Volviendo a los planes de la compañía para ampliar la acería avilesina, la máquina que ahora va a ser remozada conservará el sistema de molde curvo que tiene en la actualidad y permitirá suministrar al tren de chapa gruesa de Gijón desbastes de mayor ancho y espesor que los actuales, lo cual puede contribuir a que esa instalación mejore su eficiencia. Es, además, una obra muy demandada por los sindicatos, que la consideran vital para garantizar el futuro de Arcelor en Asturias. La inversión puede rondar los cien millones de euros, según se estimó en 2017, cuando el proyecto recibió el visto bueno del grupo.
La dirección también transmitió que las obras para la reconstrucción de las nuevas baterías de coque de Gijón van según los plazos que se habían establecido. Así, la primera de las baterías arrancará previsiblemente en octubre de este año, al mismo tiempo que se ponen en marcha los trabajos para la ampliación de la acería avilesina. Eso sí, los directivos, encabezados por el consejero delegado del clúster Asturias, Oswaldo Suárez, afirmaron que la inversión aún sigue vinculada a que se logren unos buenos resultados económicos y de producción durante los próximos meses.
La acería de Avilés está entre las instalaciones que durante el año pasado batieron su récord particular de producción, algo que también ocurrió, por ejemplo, en el tren de bandas en caliente (TBC) o el de alambrón. En la otra cara de la moneda hay talleres que siguen sufriendo, como el de galvanizado, muy afectado por la caída de pedidos del sector del automóvil, lo que obligó durante la última parte del año pasado a tener parada esta instalación durante varios días. No obstante, la multinacional informó a los sindicatos de que ha conseguido reconducir la situación buscando nuevos clientes de este producto en el negocio industrial. Con ello se ve compensado al menos en parte el fuerte retroceso que llegaba desde el sector automovilístico.
Tampoco está pasando una buena temporada el taller de hojalata. Arcelor ha perdido a algunos de sus principales clientes, especialmente fabricantes de latas de conserva que están dejando de lado el acero para pasarse al aluminio. "Es verdad que se han perdido clientes, pero también se han hecho otros", reconocía un sindicalista a la salida de la reunión, "lo que está claro es que hay bastante incertidumbre sobre este taller". Peor está la situación, señalan, en carril, donde las inversiones realizadas no acaban de arrancar.
