El fondo beligerante estadounidense Elliot, que se atribuye el dominio sobre el 2,9% de la energética portuguesa EDP (entre acciones propias y representadas), ha lanzado un órdago que puede ser mortal para la oferta pública de adquisición (opa) que el grupo estatal chino CTG (mayor accionista de la eléctrica lusa, de la que tiene el 23,37%) planteó en mayo pasado sobre la energética.

El fondo activista pretende que la junta general de EDP se pronuncie en abril sobre el desblindaje de sus estatutos, que es una de las exigencias a las que CTG condiciona la materialización de su opa sobre el 100% de la sociedad. Según el blindaje en vigor, ningún accionista puede ejercer el voto por más del 25% del capital aun cuando su participación supere ese límite. Elliot anunció que votará en contra de la pretensión china y que pedirá al resto de los accionistas que hagan lo mismo. Si triunfase el no, la opa de CTG (supeditada a hacerse por lo menos con el 50% del grupo) perdería su sentido porque sólo le otorgaría 1,63 puntos porcentuales más de capacidad de decisión de la que tiene ahora.

Elliot asegura que desea la continuidad de CTG con su actual relevancia como mayor accionista, pero que la incertidumbre en la que su opa ha situado a EDP desde hace un año ha llevado a la eléctrica a un "impasse" que le está haciendo perder oportunidades para relanzar su negocio. Elliot reclama a su vez que EDP venda sus centrales de carbón y sus redes, y que apueste por las energías renovables.

EDP, cuyo segundo accionista es la alianza asturiana de Masaveu y Liberbank, es dueña de la antigua eléctrica regional HC.