El inspector del Banco de España José Antonio Casaus, autor de una serie de correos extremadamente críticos con la situación de Bankia antes de su salida a Bolsa, sostuvo ayer ante el tribunal que juzga la salida a Bolsa de la entidad que ésta, tras recibir ayudas públicas y tener dificultades para superar el test de estrés, repartía incentivos y compensaciones económicas a directivos y empleados por el cumplimiento de objetivos, en lo que vio, dijo, "indicios de delito". Sin embargo, suavizó en parte su anterior postura y, aunque no renegó de su diagnóstico de que "en 2011 el grupo BFA-Bankia era inviable, y sin ayudas se hubiera asfixiado por falta de liquidez", admitió que se "extralimitó" con su trabajo, que "debe ser analizar y nunca prescribir, que es cosa de la comisión ejecutiva" del Banco de España.