El fabricante alemán Daimler está de nuevo bajo sospecha de haber equipado un determinado modelo diésel de Mercedes Benz con un sistema para manipular las emisiones de gases contaminantes y que podría afectar a alrededor de 60.000 vehículos. Se trata de unidades del modelo Mercedes Benz GLK 220 CDI de la clase Euro 5, fabricadas entre 2012 y 2015, según informa el dominical germano "Bild am Sontag". Las primeras sospechas por parte de la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania se remontan a otoño de 2018, cuando en pruebas de rutina se detectaron emisiones de óxido nítrico diferentes a las habituales en la conducción en carretera para las que el fabricante no puede dar explicaciones convincentes.