El proyecto de fusión entre Liberbank y Unicaja sigue avanzando en la negociación y anteayer ambas entidades volvieron a reunirse con el Banco Central Europeo (BCE) para explicar la marcha de las conversaciones en uno de los contactos habituales que vienen manteniendo con el supervisor. Todas las fuentes coincidieron en que no se espera un desenlace inminente, aunque se desea que sea próximo.

La negociación se centra en los aspectos cruciales del proyecto y en el reparto de cuotas accionariales en el banco resultante entre los propietarios actuales de los dos grupos. El peso que tendrían unos y otros en el banco que dimane de la integración será determinante -en la medida en que satisfaga razonablemente a todos- para que los consejos de administración respalden el proyecto ante sus respectivas juntas generales de accionistas.

En origen, Unicaja aspiraba al 60% de la futura entidad pero Liberbank viene pidiendo desde diciembre que sus accionistas tengan un peso superior al 40%, hasta acercarse al 43% o 45% o superior. Ambas partes probablemente se deslicen hasta un punto de equilibrio que sea asumible por las dos entidades. De momento no se ha alcanzado. Lo que se dirime no son tanto las cuotas de poder -aunque también- como sobre todo la valoración económica de las acciones actuales y la consiguiente participación futura en los dividendos. Es probable que la ecuación de canje de títulos se someta, según práctica habitual, a un informe independiente externo que lo avale en función de variables cualitativas y cuantitativas. Desde un principio se dio por hecho que, por razones prácticas, la fusión se haría mediante la absorción del menor de ambos grupos (Liberbank) por el de mayor tamaño (Unicaja).

Ambos grupos aspiran a absorber los costes de la integración con recursos propios y en su caso venta de activos para no recurrir a una ampliación de capital que exigiría un esfuerzo a los accionistas.

Desde el principio de los contactos se especula con que Manuel Azuaga (Unicaja) sería el presidente del futuro banco y Manuel Menéndez (Liberbank), el consejero delegado.