El último intento "in extremis" para evitar la convocatoria de huelga del próximo martes y del sábado día 27 en las instalaciones asturianas de la multinacional siderúrgica Arcelor-Mittal fracasó ayer al no producirse flexibilización en las posiciones de empresa y sindicatos durante la mediación realizada por Servicio Asturiano para la Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec).

Los sindicatos mantuvieron su negativa a desconvocar las dos jornadas de paro si la empresa no mejora sus propuestas salariales y laborales en el acuerdo marco, y la dirección, como anunció anteayer en la última reunión negociadora, celebrada en Etxebarri (Vizcaya), se niega a negociar mientras persista la convocatoria de paros.

Tampoco hubo acuerdo ayer por la tarde sobre los servicios mínimos. La empresa aplicará los que vienen siendo habituales en casos similares desde el pacto que se hizo en 2005 aun cuando los sindicatos los juzgan "abusivos". La acería de Gijón deberá estar activa el día 23 y la de Avilés, el 27, y los dos hornos altos (ambos en Veriña) deberán trabajar al 70% de su capacidad normal. Para ello, parque de minerales, sínter, transportes, desulfuración, mantenimiento y fluidos deberán garantizar su actividad. La empresa alertó sobre la delicada situación de las baterías de coque de Avilés tras el incendio sufrido.

El conflicto ha sido convocado en todas las instalaciones de la multinacional del acero en España, aunque en Lesaka los paros no fueron aprobados por la mayoría sindical, integrada por LAB y ELA. En el caso de Asturias, la convocatoria afecta a los 5.419 trabajadores que la compañía tiene en plantilla en la región, el 63% de sus empleados en España. La alteración de la normalidad laboral puede afectar, sin embargo, a un colectivo de más 13.000 trabajadores, dado que en las plantas asturianas prestan servicios 8.000 operarios de subcontratas y de compañías auxiliares. La convocatoria afecta en España a un total de 8.600 empleados en once centros productivos de Asturias, País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana, Aragón y Madrid, 21 centros de distribución y oficinas.

Las diferencias

La compañía ofrece un pacto con un vigencia de un año y un incremento salarial del 0,4%, mientras que los sindicatos reclaman un acuerdo a al menos tres años y con una mejora remunerativa del 4%, entre otras reclamaciones. Los sindicatos alegan los resultados récord de los dos últimos años y la pérdida de poder adquisitivo sufrido por los empleados en los últimos tiempos, mientras que la compañía invoca la desaceleración internacional y los pesimistas presagios para el sector por la ralentización, la caída del comercio internacional y el proteccionismo.

En el último año, la dirección española de Arcelor-Mittal había enfatizado a su vez la necesidad de garantizar la competitividad de las plantas asturianas ante el desafío que entraña la adquisición por la multinacional de la antigua planta de la italiana Ilva en Tarento. Ayer la Comisión Europea aprobó la compra por el grupo británico Liberty House de las seis instalaciones europeas de las que Arcelor debe desprenderse por imposición de las autoridades de la Competencia para no incurrir con la compra de Tarento en posición de dominio. Las plantas se sitúan en Chequia, Rumanía, Bélgica, Italia, Macedonia del Norte y Luxemburgo.