La multinacional suiza Nestlé apuntala el porvenir de su fábrica asturiana de Sevares, en Piloña, con la inversión de 8 millones de euros en una nueva línea de fabricación de alimentos infantiles, según comunicó ayer la dirección a la plantilla, formada por cerca de doscientas personas.
El director técnico de la compañía en España, Miquel Serra, y el responsable del negocio de alimentos para bebés, Carlos López, así como el director de la fábrica, Rodrigo Bernardino, y otros jefes de departamento, comunicaron el nuevo proyecto para mejorar las instalaciones piloñesas. En concreto, el dinero será destinado a la instalación de una línea de "pouches", denominación que reciben las pequeñas bolsitas de purés de fruta listas para llevar y tomar en cualquier sitio, un formato de envase que viene a sustituir a los potitos tradicionales que ahora se fabrican en Sevares.
Fuentes de la plantilla indicaron que el anuncio de la inversión "supone un balón de oxígeno porque la línea de fabricación de potitos estaba abocada al cierre como muy lejos en 2020". La fábrica está altamente especializada en la producción de leches líquidas infantiles y de crecimiento de Nestlé, siendo una de las más importantes del grupo. Esa producción suele sobrepasar las 55.000 toneladas anuales.
La compañía suiza anunció hace ahora dos años un desembolso de 2.240.000 euros destinado a modernizar el laboratorio de control de calidad de la fábrica de Sevares. Y las nuevas inversiones se unen además a los 10,2 millones de euros invertidos entre 2012 y 2016, dirigidos a modernizar otras líneas de producción y a mejorar de gestión ambiental y de sistemas de control de calidad. En 2018, la cifra de negocios de Nestlé en España alcanzó los 1.930 millones de euros y las ventas en el mercado español alcanzaron los 1.336 millones de euros.
La multinacional suiza anunció el pasado otoño su posible salida de algunas actividades, giro estratégico que, sin embargo, no afecta a las áreas de negocio que la compañía desarrolla en Asturias: la planta de alimentos infantiles de Piloña y la fábrica de platos preparados que, bajo la marcha histórica Litoral, el grupo posee en Gijón desde 1985.
El consejero delegado de la compañía helvética, Mark Schneider, señaló meses atrás, durante una visita a España, que el grupo fortalecería su especialización en el negocio de la alimentación y en particular en cuatro categorías: café, agua, comida para mascotas y alimentación infantil.
Schneider también confirmó la apuesta de Nestlé por aquellas marcas alimentarias tipificadas como locales y con un gran arraigo e implantación en sus mercados nacionales. En una de sus intervenciones citó como ejemplo de ellas a la filial Litoral, líder español en la fabricación de platos preparados en lata con enseña del fabricante.
La posibilidad de desinversiones y de renuncia a determinados negocios comenzó a considerarse tras la entrada en el accionariado de Nestlé en 2017 del fondo activista Third Point, que viene reclamando una reconsideración de la actividad de la multinacional para aumentar su rentabilidad. Nestlé ha salido ya del sector del seguro y sopesó la venta de su 23% en la empresa de cosmética L'Oreal.
