Deutsche Bank y Commerzbank, los mayores bancos comerciales privados de Alemania, han decidido interrumpir sus negociaciones de fusión porque no interesaban a sus inversores, debido a que los costes de reducción de personal hubieran sido muy elevados y no hubieran compensado las sinergias. Los dos bancos señalaron en un comunicado que, "tras un examen riguroso, se ha comprobado que esa fusión no interesaría a los accionistas de las dos empresas ni a otros grupos de interesados". Los dos tienen una escasa rentabilidad y la capitalización bursátil de Commerzbank es muy baja, lo que le convierte en una "novia" atractiva para ser adquirido por un banco extranjero.