El efecto contable del aumento de las pensiones y del sueldo de los empleados públicos disparó el déficit del Estado en los tres primeros meses del año hasta los 6.754 millones de euros, un 57,5 % más que en el primer trimestre de 2018, lo que equivale al 0,54 % del PIB.

Esta comparación se ve desvirtuada porque la subida de funcionarios y pensionistas de 2018 se empezó a aplicar en julio de ese año, de manera que no computó en los primeros meses del ejercicio pese a abonarse con efecto retroactivo desde enero, un efecto contable que se neutralizará a mediados de año.

Hacienda ha publicado los datos de ejecución presupuestaria del conjunto de las Administraciones Públicas de los dos primeros meses del año -salvo las corporaciones locales, cuyos datos se conocerán más adelante-, que sumaron un déficit de 11.908 millones, un 0,95 % del producto interior bruto (PIB).

El objetivo oficial de déficit público para este año es el 1,3 % del PIB, aunque el Gobierno ha señalado que, a falta de Presupuestos, su intención es situarlo en torno al 2 % del PIB.

El déficit de la Administración Central en los dos primeros meses del año equivalía al 1 % del PIB y el de las comunidades autónomas, al 0,01 %, con siete regiones en superávit -Aragón, Asturias, Galicia, Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana y País Vasco-.

Los Fondos de Seguridad social, por su parte, se anotaron un superávit de 773 millones hasta febrero, el 0,06 % del PIB.

Por lo que respecta al Estado y con datos actualizados hasta marzo, los ingresos repuntaron un 1,1 %, hasta los 46.049 millones, gracias al buen comportamiento de las rentas de la propiedad y las transferencias entre administraciones, ya que los correspondientes a impuestos y cotizaciones bajaron un 0,3 %.

En estos tres meses, los ingresos por impuesto de sociedades se desplomaron un 81,9 %, a 274 millones, por varios factores extraordinarios entre los que destaca una devolución de actas a una sociedad, que no se detalla, por más de 700 millones de euros.

La recaudación por IRPF se situó en 11.002 millones, un 2,2 % más, y la de IVA, en 22.990 millones, un 4,6 % más. Las cotizaciones sociales bajaron un 1,7 %, a 1.607 millones, por la progresiva sustitución de empleados activos con régimen de clases pasivas por otros con régimen de Seguridad Social.

En los tres primeros meses del año los gastos del Estado alcanzaron los 52.803 millones, un 6 % más, después de que aumentaran "la mayor parte de las partidas", según Hacienda.

Entre ellas, se incrementaron las transferencias corrientes entre Administraciones Públicas -que repuntan un 8,7 % a 30.463 millones-, sobre todo las destinadas a los Fondos de la Seguridad Social, en parte por una transferencia de 666 millones "para mantener el equilibrio presupuestario del sistema".

También se elevó, en un 6 %, el gasto en remuneración de asalariados por el impacto de las subidas salariales de 2018 y 2019, así como los consumos intermedios (un 13,3 %) por los gastos asociados a las elecciones y la aportación a la Unión Europea por IVA y RNB (un 31,8 %).

En cambio, descendió un 8,8 % el gasto en intereses de la deuda, que se situó en 5.513 millones, y un 23,2 % las inversiones debido al impacto en 2018 del rescate de cuatro autopistas.