Liberbank deberá dotarse de un "colchón" anticrisis equivalente al 21,82% de sus activos ponderados por el riesgo estimado de los mismos al cierre del ejercicio de 2017 y el banco malagueño Unicaja, con el que está en conversaciones de fusión, deberá alcanzar el 20,59%, según decisión de la Junta Única de Resolución (JUR) del Banco Central Europeo (BCE), que ayer fue comunicada por el Banco de España. Unicaja tendrá de plazo para dotarlo hasta el 1 de enero de 2022, y Liberbank dispondrá de un año más, hasta el primer día de 2023.

El llamado "colchón" anticrisis tiene por finalidad obligar a todas las entidades bancaria europeas a atesorar pasivos que le permitan absorber pérdidas y evitar o minimizar el coste para el erario público de un recate bancario en caso de que se produzca un proceso de liquidación de la entidad. La exigencia que la JUR impone a cada banco es lo que se denomina requisito mínimo de fondos propios y pasivos admisibles (MREL, en inglés).

Las crecientes exigencias de fortaleza que imponen los reguladores al sector son un imperativo que contribuye a favorecer los procesos de fusión.