Caja Rural de Asturias obtuvo un beneficio neto consolidado de 8,97 millones de euros durante el primer trimestre del año, resultado un 2,13% inferior al del mismo período de 2018. Tal descenso, explicó la entidad, obedeció a una merma en los ingresos por operaciones financieras. La actividad puramente bancaria registró crecimientos. Los recursos de clientes alcanzaron los 3.527 millones en marzo, lo que supone un crecimiento interanual del 6%, y los créditos concedidos se incrementaron el 3,88% interanual hasta los 2.290 millones de euros. Con unos fondos propios de 421 millones de euros, la solvencia de la entidad (ratio CET1) se situó en 24,04%, cifra entre las más elevadas del sector financiero, subrayó Caja Rural. La tasa de morosidad bajó del 3% (2,97%).