La renuncia de Liberbank y Unicaja a fusionarse generó ayer las primeras reacciones políticas en Asturias. Ciudadanos e IU esperan que la decisión se haya tomado pensado en la defensa del accionariado asturiano y Podemos y Foro destacaron que lo importante es que no se pierdan empleos y oficinas. PSOE y PP no se pronunciaron.

Lorena Gil (Podemos): "Todo apunta a que la ruptura se debe a una falta de acuerdo sobre el reparto accionarial de la nueva entidad, lo que está muy lejos de las preocupaciones de la ciudadanía, a la que sí le afectan las dificultades en el acceso al crédito o la destrucción de puestos de trabajo y el cierre de oficinas bancarias".

Alejandro Suárez (IU): "Tenemos la sensación de ser convidados de piedra tras la privatización de la entidad y esperamos que la decisión se haya tomado con el criterio de proteger la parte asturiana".

Ignacio Prendes (Ciudadanos). "Si se entendía que los intereses de los accionistas, entre los que está la Fundación Cajastur, no iban a quedar protegidos con la fusión, pues bien está no continuar. Lo fundamental es mantener la prudencia financiera, la solvencia y la vinculación con Asturias".

Pedro Leal (Foro): "La preocupación de los asturianos no está en operaciones bancarias diseñadas por quienes nos hurtaron la extinta Cajastur. Nuestra preocupación está en el empleo, el cierre oficinas y la exclusión financiera".