Sorpresa e inquietud. Esos fueron los términos que definían ayer el sentir de la plantilla de Liberbank tras conocer el fracaso de las negociaciones con Unicaja. Y ahora, entre los trabajadores vuelven las especulaciones sobre el futuro, ya que asumen que el banco de origen asturiano no podrá seguir solo en un entorno en el que las entidades de tamaño mediano están siendo empujadas a fusionarse por el contexto financiero y por la regulación. El nombre que más vuelve a salir a la palestra es el de Abanca.

Sin embargo, los hay que no excluyen por completo la opción de Unicaja. Lucía María Calvo, portavoz de CC OO, esperaba que la situación aún se pudiera reconducir y que lo de ayer no fuera una ruptura definitiva. "Esto puede ser un tira y afloja de la negociación", dijo. Y añadió: "Ahora estábamos en un impasse de relativa tranquilidad a la espera de que las negociaciones pudieran salir adelante". Eso sí, protesta por la falta de información del banco hacia los trabajadores. "De todo esto nos enteramos siempre a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)", dijo.

A otros el anuncio les causa cierto desconcierto. Begoña Menéndez, de CSIF, afirmó: "Esto nos pilla por sorpresa, pero sabíamos que podía suceder, aunque teníamos las esperanzas de que las negociaciones siguieran adelante para que pudiera haber un cambio en la dirección, especialmente en los recursos humanos, porque no estamos contentos sobre cómo trata a la plantilla y esperábamos que así pudiera haber un giro". Ahora, protesta, las incógnitas de la plantilla son muchas. "Esto es como una lucha de titanes. No sabemos qué va a pasar", señaló. Y especuló con que el reciente movimiento de Bank of America en el accionariado de Liberbank -la pasada semana declaró detentar el 7,8% del banco, aunque luego aclaró que las acciones pertenecían a varios inversores- pudiera ser una maniobra para allanar el camino a Abanca. "El cambio nos hacía ilusión, pero también sabíamos que ninguna de las dos entidades estaba muy boyante", apuntó también. Y dijo temer que Liberbank, si decide continuar en solitario, pueda buscar un ajuste laboral en la negociación del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que caduca a finales de este año.

El anuncio también le pilló con el pie cambiado a Félix Ángel Lobato, de UGT, "en principio estábamos pendientes de que hubiera un acuerdo". Pero no. "Ahora se abren de nuevo todas las incógnitas. La plantilla está sorprendida y expectante, pero seguiremos para adelante, aunque sea en solitario, porque los resultados no están siendo malos", indicó. Señaló también que "entre la plantilla no había una opinión muy formada sobre la operación con Unicaja, era una de las posibilidades".

Carlos Javier Zapico, de CSICA, expuso: "No me coge por sorpresa este fracaso porque se le estaba dando demasiadas vueltas a las negociaciones". Es también de la opinión de que, una vez que la opción de Unicaja se aleja, pueden acercarse otros. "La gente está un poco mosca por si vuelve a aparecer Abanca, con mucha cautela", dijo el sindicalista. La incertidumbre se palpa en las oficinas de la entidad financiera, constatan los sindicatos. Lo que Zapico ve inevitable es que Liberbank tenga que buscar una nueva pareja para seguir creciendo en el mercado financiero español. "Volvemos a tener incertidumbre y a estar expectantes con lo que vaya a pasar ", afirmó.

Más crítico, Marco Antuña, de CSI, centró sus reproches en el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez. Según el sindicalista, el fracaso de la fusión se debe a que el banquero "solo defiende sus propios intereses y los de los fondos de inversión del accionariado". Y añadió: "Ahora nos quedamos en una situación preocupante porque, además, parece que esto se viene abajo por una guerra de ambiciones". También era de los que abogaba por un cambio en la dirección con Unicaja. "Esperábamos que viniera gente con más profesionalidad", espetó. En un contexto más amplio, Antuña aseguró que España se encamina hacia un "oligopolio bancario". "La fusión con Unicaja no hubiera sido la última, luego habrían venido más", apunta. Y criticó que la plantilla lleva seis años "aguantando continuos recortes".