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La presión del BCE y los tipos, obstáculos para que Liberbank continúe en solitario

El banco de origen asturiano confía en sus propias fuerzas ante los desafíos del sector: baja rentabilidad, regulación exigente y desaceleración

La presión del BCE y los tipos, obstáculos para que Liberbank continúe en solitario

Nada acredita la imposibilidad de que Liberbank pueda seguir en solitario, como pretende, pero la presión cada vez más exigente de los organismos reguladores sobre el sector financiero, las condiciones del mercado y un entorno de bajísimos tipos de interés y de desaceleración económica harán que el empeño sea particularmente exigente aunque no irrealizable. "Yo desdramatizaría la ruptura de la fusión", señaló ayer en una intervención pública el catedrático de Fundamentos Económicos y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó. Y un informe de la división de banca corporativa e inversión del BBVA, citado por la agencia Efe, respaldó la decisión de poner fin a las negociaciones.

La presión de los reguladores para que prosigan las fusiones (sobre todo, en la banca mediana y pequeña) es creciente. En sus requerimiento, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España parten de la constatación de los desafíos que afronta el sector y de que las fusiones (en la medida en que permitan reducciones de empleo y oficinas, ahorros de costes, ganancia de tamaño, mejora de la eficiencia y refuerzo de la fortaleza) son mecanismos defensivos que pueden contribuir a acrecentar la solvencia.

Rentabilidad y solvencia

En general, la banca española tiene una posición más favorable que la media europea en rentabilidad (aunque ésta sigue siendo baja e inferior al coste de capital, lo que supone pérdida de valor) y los ajustes y la fortísima concentración realizada desde la crisis han permitido situar la eficiencia (costes en relación a los recursos manejados) en el sexto mejor puesto en la UE.

Pero, pese a ello, la banca española ocupa el último lugar entre los países significativos de la UE por solvencia, medida por la ratio de capital de mayor calidad (el indicador CET 1), según el informe de primavera del Banco de España sobre la estabilidad financiera. La media española estaba en diciembre en el 12,2%. Liberbank se situaba entonces en el 12,1% y en marzo había alcanzado el 14%.

Pese a un beneficio sectorial en 2018 de 19.438 millones (el más alto desde la crisis y el 25% superior al de 2017) la rentabilidad sigue siendo baja: el 0,5% sobre el activo que gestiona (3,55 billones). Esta rentabilidad sobre activos (ROA) es una décima superior al promedio europeo (0,4%) y sitúa a la banca española como la octava más rentable de la UE. Pero está muy lejos de la ratio de 2007, en plena burbuja (1,05%), y de las exigencias del mercado.

De hecho, la rentabilidad sobre fondos propios (ROE) se situó el año pasado en el 7,2% (el más alto desde 2010), pero lejos del 16,6% de promedio en 2004-2008 y, en todo caso, inferior al 10% en el que el BCE estima el coste del capital (COE) que afronta la banca, que es el retorno que deben ofrecer los bancos para captar financiación en los mercados y al que debe tender a converger el ROE.

Activos dudosos y tóxicos

La rentabilidad y la solvencia están comprometidas a su vez por los activos tóxicos. Aunque se han reducido de forma notable desde la crisis financiera (bajaron de los 300.000 millones en el momento peor a los 190.000 millones actuales), los balances siguen sobrecargados respecto al momento previo a la crisis de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, cuando la banca española sólo contabilizaba 72.000 millones. En préstamos dudosos, la banca española es la tercera de Europa (tras Italia y Francia) con mayor riesgo: suma 95.400 millones, el 15,19% del total de la UE, cuando España representa el 12,6% del eurosistema.

Deuda pública

La deuda pública, el activo considerado por definición como libre de riesgo (aun cuando no lo es, como se descubrió con la crisis soberana europea) es otro desafío en las circunstancias actuales. El BCE viene alertando de la excesiva tenencia de bonos estatales por la banca en sus balances, que en España suman 160.000 millones. Según el FMI, el sector español es el cuarto más expuesto de Europa. El riesgo obedece a que la deuda pública española (1,188 billones) es el triple que antes de la crisis (0,36 billones), por lo que una espiral de desconfianza soberana volvería a reproducir, y agigantada, la envolvente diabólica que se vivió durante la recesión con el doble contagio recíproco de riesgo bancario y soberano, que terminó por retroalimentarse.

Sin llegar a ese escenario, cuando comience la subida de tipos y cese la compra de bonos por el BCE, los títulos atesorados por la banca como inversión tenderán a depreciarse y, aunque no entrañará pérdidas si los bancos los conservan hasta el vencimiento, supondrán minusvalías latentes y un coste de oportunidad: los de nueva emisión ofrecerán una rentabilidad mayor.

La entidad cede en Bolsa el 1,88%, tras una recogida de beneficios, y Unicaja cierra plano

La entidad cede en Bolsa el 1,88%, tras una recogida de beneficios, y Unicaja cierra plano

Liberbank cedió ayer en Bolsa el 1,88%, y cerró con una cotización de 0,397 euros por acción, en una típica recogida de beneficios tras la jornada alcista de la víspera, en la que el mercado había premiado el abandono de las negociaciones para su fusión con Unicaja Banco.

El interés por tomar posiciones en Liberbank se prolongó, de hecho, en los primeros compases de la sesión de ayer, con una subida adicional del 1,23% (hasta los 0,41 euros por título), lo que favoreció la presión vendedora para consolidar ganancias. Pese a ello, el banco de origen asturiano conserva una revalorización del 2,26% respecto al precio al que cerró el martes, antes de que se hiciera pública la ruptura. El comportamiento de Unicaja fue oscilante y, aunque llegó a remontar, terminó cerrando plano en los 0,97 euros, el mismo valor que la víspera.

Un informe de la división de banca corporativa e inversión del BBVA aplaudió la ruptura del plan de fusión al considerar que Liberbank merecía el 49% del futuro banco (y no el 40%), infomó Efe, mientras que otro informe de Citi, también citado por Efe, ensalzó la gestión de Liberbank y le atribuyó un peso del 42% frente al 58% de Unicaja.

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