España fue el segundo país de la Unión Europea donde más se incrementó el precio de la electricidad doméstica en 2018 frente a 2017, al pasar de una media de 21,8 euros por cada 100 kWh a 24,8 euros, un incremento del 13,8%, según informó ayer la oficina europea de estadística, Eurostat.

Solo Chipre, con un aumento del 19,6%, tuvo un incremento mayor al de España, que supera la media de importe tanto de la eurozona (22,4 euros) como del conjunto de la UE (21,1 euros) en cuanto a los precios de la electricidad doméstica, y se sitúa como el quinto país comunitario donde es más cara. Solo los hogares de Dinamarca, Alemania, Bélgica e Irlanda pagan más por su electricidad. Si se mide según el estándar de poder adquisitivo (PPS), España es el tercer país de la UE con la electricidad más cara, por detrás de Portugal y Alemania.

En cuanto a los precios del gas, España se situó como el cuarto país donde más cara fue esta forma de energía, con 8,8 euros por cada 100 kWh, un incremento del 1,2% frente a 2017 y solo por detrás de Suecia, Italia y Dinamarca. Teniendo en cuenta el estándar de poder adquisitivo (PPS), el gas doméstico español fue el segundo más caro de la UE.