Los números del paro y del empleo de septiembre dejaron ver, como cada año, la contumaz estacionalidad del negocio turístico en Asturias: la hostelería mandó al paro en un mes a más de dos mil personas al finalizar una campaña de verano que en la región suele alargarse unas semanas más que en otras. De ahí que septiembre sea por lo común un tiempo con aumentos del desempleo explosivos en los concejos de mayor perfil turístico. De fondo, la tendencia es de ralentización en la creación de trabajo, con Asturias a la cola del país en el avance de las afiliaciones a la Seguridad Social.

El mercado laboral asturiano entró en el otoño con 67.569 personas inscritas como demandantes de empleo en las oficinas públicas e incrementos mensuales en todos los sectores salvo en la construcción. La edificación y rehabilitación de viviendas tira de la oferta de trabajo en una actividad que aportó el 37% de todo el empleo que la región ganó en el último año.

El paro subió este septiembre en el campo y en la industria, pero el foco principal estuvo en los servicios. La hostelería perdió en un mes 2.200 afiliados a la Seguridad Social, al extinguirse gran parte de los contratos temporales que los empresarios habían prorrogado desde agosto. Los datos de los principales concejos del Oriente dan idea del impacto laboral del fin de la campaña de verano: el paro subió de un mes para otro el 29,75% en Llanes, el 24,91% en Cangas de Onís y el 15,58% en Ribadesella. Y Gijón (3,24%) sufrió más que Oviedo (1,11%) en un mes con subidas del desempleo en 62 concejos y caídas en 14 (todos pequeños, entre ellos Noreña y Cabrales). Illano y Santirso de Abres fueron los únicos municipios sin variaciones.

Si el mercado de trabajo repite su ciclo anual como cabe prever, el paro seguirá subiendo en Asturias hasta noviembre, y presumiblemente dará un respiro a final de año, coincidiendo con las contrataciones de la Navidad. La región afronta ese tramo final de 2019 en mejor posición estadística que en 2018: el desempleo es ahora inferior en casi 3.000 personas al de hace un año y hay cerca de 4.000 cotizantes más a la Seguridad Social. Pero también hay señales de pérdida de dinamismo en la oferta de trabajo, congruentes con el escenario de desaceleración del crecimiento que está descrito por los observatorios económicos para España y para Asturias.

El país, con 19,3 millones de afiliados a la Seguridad Social en septiembre, está muy cerca de recuperar los niveles de empleo de 2007 (19,5 millones), si bien la velocidad de aproximación se está ralentizando. La afiliación avanzó en España a una tasa interanual del 2,44%, la más modesta desde 2014, aunque vigorosa si se compara con las de otras economías europeas. Y Asturias también se desacelera, anclada además como la región donde el número de cotizantes avanza con menor ímpetu: el 1,09% interanual, frente al 1,35% observado en agosto. Todas las comunidades del Noroeste, caracterizadas por el envejecimiento demográfico, presentan tasas de crecimiento del empleo inferiores al 2%.

"En un contexto de desaceleración económica, los riesgos a la baja son cada vez más intensos. Es urgente tomar medidas para afrontar esos riesgos y dinamizar la actividad económica y la generación de empleo", opinó Marta Álvarez, responsable del servicio de estudios de la patronal asturiana FADE. UGT puso el foco sobre la precariedad: la mitad de los contratos son de duración inferior a un mes, un indicador de uso fraudulento del empleo temporal, según el sindicato. CC OO alertó de que la industria no da señales de recuperación. Y la nueva directora del Servicio Público de Empleo del Principado, Pilar Varela, buscó el lado positivo en la construcción y en su capacidad de "seguir" ganando empleo.