Las amenazas que se ciernen sobre las plantas siderúrgicas asturianas se intensifican y ayer cruzaron un umbral crítico: la división de productos largos, en Gijón, está en una situación de vulnerabilidad extrema y el tren de alambrón en particular (con 180 empleos) está "al borde del cierre", dijo la empresa a los sindicatos, de modo que, de no revertirse la situación, se clausurará, según el relato que transmitieron fuentes sindicales y confirmaron medios de la compañía.

En plena campaña de paradas temporales de actividad en instalaciones de Avilés y Gijón (unas, de naturaleza técnica y otras, por la falta de pedidos), y con la regulación de empleo de varios millares de empleados -incluidos parte de los de servicios centrales-, el grupo multinacional, líder mundial del acero, elevó el tono de sus alarmantes presagios de las últimas semanas y planteó a las centrales sindicales el riesgo de que se abandone la producción de alambrón, lo que, en un contexto de debilidad de la demanda también en otros productos por la ralentización europea y la invasión de elaboraciones extracomunitarias a bajo precio, no sólo tendría afectación sobre la plantilla asignada a la instalación cuestionada, sino que impactaría sobre la actividad de la cabecera siderúrgica. La empresa alertó de que el cierre de instalaciones acabadoras como la de alambrón podría acabar cuestionando el futuro de la siderurgia en Asturias.

Para evitar este desenlace, la compañía planteó a los sindicatos abordar una negociación sobre el futuro de la división de largos (la más damnificada hasta ahora por las difíciles condiciones del mercado), con la adopción de medidas urgentes que palíen los daños. La primera de las medidas propuestas es un cambio de jornada laboral en alambrón a partir de fines de mes o comienzos de noviembre, con la supresión de uno de los cinco equipos de trabajo para minimizar las "importantes pérdidas económicas" (no cuantificadas) en las que está incurriendo la instalación a causa de la falta de pedidos, la previsión de una baja demanda para los próximos meses y la elevada sensibilidad de este producto a las difíciles condiciones en las que se desenvuelve el mercado internacional, y en particular el europeo. La dirección de Arcelor-Mittal se ofreció a recolocar total o parcialmente en otros talleres los excedentes laborales (unas 25 personas) que causará la reorganización del tren de alambrón, que seguirá produciendo a tres turnos pero con cuatro equipos en vez de cinco.

Otras instalaciones de la división de largos (caso de la acería de Gijón y el tren de carril) podrían verse también sometidas a medidas contingentes por el empeoramiento del contexto a causa de las perturbaciones causadas por la guerra comercial y la escalada arancelaria, el "Brexit", el enfriamiento de la economía internacional y las importaciones masivas a bajo precio, por lo que pueden dar lugar a otros periodos de consultas para pactar modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo de carácter colectivo. La comisión negociadora para el alamabrón se constituirá el martes.

La propuesta empresarial se produce cinco meses después de que en mayo la multinacional hubiese recabado una negociación para aliviar la situación de largos y corregir su vulnerabilidad pero se pospuso a la espera de llegar a un acuerdo en la negociación colectiva. Sin embargo, ésta no ha avanzado (ni como acuerdo marco estatal ni como convenio específico de Asturias) y ahora las dificultades del diálogo social (CC OO ha llamado a un calendario de paros, que no respalda el resto de centrales sindicales) se solapan con la apertura de una mesa para abordar la viabilidad de parte de las instalaciones de Veriña (Gijón). El tono tétrico que ha empleado la empresa para explicar en las últimas semanas las difíciles circunstancias por las que atraviesa el negocio fue interpretado por algunos sectores laborales como un intento de presión en la negociación del convenio para 2019-2021.

La sección sindical de CC OO expresó su extrañeza de que, tras la firma en marzo de 2018 de un plan para la mejora de la competitividad de las plantas asturianas, no se hayan aplicado medidas concretas salvo en el tren de chapa.

Plan para la industria

Ante la situación "preocupante" e incierta de la industria regional, o de parte de ella, el secretario general de UGT-FICA en Asturias, Jenaro Martínez, pidió ayer la elaboración de un plan estratégico junto a un pacto de Estado por la industria para hacer frente a los problemas que afronta el sector y que "no son", dijo, "fáciles de solucionar". Martínez aludió al impacto del coste de la energía en las grandes compañías fabriles de la región (gran parte de ellas muy intensivas en el consumo de electricidad), así como el del elevado coste de los derechos de emisión de CO2, de todo lo cual se resiente la siderurgia.

El dirigente regional de FICA rechazó la convocatoria de movilizaciones en Arcelor por CC OO cuando va a haber 2.000 personas reguladas en la empresa y cuando la negociación del convenio colectivo -dijo- no se ha roto.