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Las dificultades de la industria de la región

"Duro está en la senda de la recuperación", asegura Orihuela, su primer ejecutivo

El grupo sigue hablando con banca e inversores, y la hipótesis del concurso es rechazada, aunque se teme un ajuste si la facturación no crece más

"Duro está en la senda de la recuperación", asegura Orihuela, su primer ejecutivo Juan Plaza

"Duro Felguera está en la senda de la recuperación y en un punto de inflexión" tras haber alcanzado en los nueve primeros meses del ejercicio un resultado operativo ("ebitda") positivo por vez primera desde 2016, señaló ayer el consejero delegado de la ingeniería, José María Orihuela, en una breve declaración durante una visita institucional de dos diputadas autonómicas de Ciudadanos a Felguera Calderería Pesada (El Tallerón), filial gijonesa del grupo. Según el primer ejecutivo de la empresa, Duro "está sentando las bases de la recuperación".

En la compañía existe la convicción de que Duro, como indicó ayer su primer ejecutivo, ha revertido la tendencia negativa de los ejercicios precedentes aunque aún afronta desafíos. Uno de ellos es lograr que la banca acreedora le reactive la concesión de avales (condición capital para relanzar la labor comercial y la contratación de proyectos que le permitan acrecentar con mayor intensidad la cartera de pedidos), para lo que la interlocución con los acreedores sigue abierta, dijeron personas conocedoras.

La ingeniería ha sorteado hasta ahora esta restricción y ha seguido contratando sin avales y garantías bancarias (aumentó la contratación el 25% en los nueve primeros meses, aunque por debajo de los objetivos) recurriendo a sus propios medios y a retenciones por clientes en los pagos tras cada certificación de obra, la inmovilización de caja, la renegociación de contratos en varios países, la consecución de acuerdos sobre arbitrajes y la reducción de la cuenta de proveedores, entre otras opciones.

En medios de la compañía se cree, no obstante, que éstas son soluciones temporales que no podrán prorrogarse demasiado tiempo más y que la ausencia de apoyo bancario restringe la consecución de obra. Este año el grupo hubiese alcanzado el objetivo (263 millones frente a los 76 millones de 2018) de no haber sido por la pérdida, por la falta de avales, de dos contratos relevantes ya preconcedidos y otro porque el cliente desistió de hacer la obra.

Ajuste de tamaño

De persistir la situación, la compañía en ningún caso considera otra opción que seguir operando porque se considera totalmente viable tras el saneamiento realizado y el inicio de la recuperación del negocio, dijeron las personas al tanto de los planes corporativos. En ese caso, el grupo tendría que replantearse, comentaron, un ajuste de tamaño (tiene una plantilla pensada para una facturación de 500 millones) para adecuar su estructura a los niveles de ingresos. En 2018 se anunció un ERE que luego no se acometió. El grupo entiende que la plantilla ya se redujo el 38% desde 2016 y que no deberían hacer más ajustes para no perder capital humano, que es el fundamento de una ingeniería, salvo que la facturación persistiese en niveles bajos. En el grupo existe la convicción de que Duro, con avales, tiene capacidad de contratación para cumplir los objetivos del plan estratégico: aumentos anuales acumulativos de 150 millones hasta alcanzar los 850 millones en 2013.

En el equipo se rechaza cualquier hipótesis de concurso: desde 2018 la deuda se ha reducido de 339,9 millones 108,7 millones; la tesorería mejoró de 47,8 a 205,9 millones; la caja neta pasó de 292 millones negativos a 97,2 millones positivos y el "ebitda" saltó de 124,5 millones negativos a 11,3 millones positivos. Es en estos parámetros (y en la reducción de costes, mejoras de gestión, mayor control en la contratación, revisión de la estrategia y renovación del equipo directivo) en lo que se basa la convicción del "punto de inflexión" al que se refirió ayer Orihuela en El Tallerón. En el pasado trimestre Duro arrojó pérdidas netas (3,6 millones) pero fue como consecuencia de la carga tributaria en los países de exportación. El resultado bruto (antes de impuestos) fue favorable: 8,5 millones, aunque inferior a 2018. "La compañía vivirá. La situación crítica de 2018 se remontó con la ayuda de la banca. Ahora lo que preocupa es aumentar más la contratación para no tener que reducir tamaño", comentaron las fuentes.

La búsqueda de accionistas persiste. "Hay contactos permanentes con inversores", dijo Orihuela durante la visita de Ciudadanos. Algunos bancos lo reclaman como condición previa a restablecer la concesión de avales. En la empresa hay quien cree que la incorporación de nuevos socios sería mucho más fácil si la empresa lograse avales porque se dinamizaría la contratación y se percibiría como confianza de la banca.

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