El cierre de las centrales térmicas de carbón de Lada (Langreo) y Narcea (Tineo) "no tendrá incidencia significativa en la seguridad del sistema ni en la garantía de suministro eléctrico", señala el informe de Red Eléctrica de España en el que se evalúa el impacto de las clausuras solicitadas por Iberdrola y Naturgy en Asturias. El visto bueno del operador del sistema supone, prácticamente, dar luz verde al cierre de las centrales puesto que con la normativa vigente sólo se puede frenar el desmantelamiento de esas instalaciones si provoca un peligro para la seguridad del suministro eléctrico.
La central de Lada es la tercera instalación de Asturias con más emisiones de CO2 a la atmósfera y la de Narcea, situada en Soto de la Barca, la sexta. Estas plantas dan empleo directo a más de 200 personas y generan actividad a su alrededor, principalmente en el transporte de mineral y mantenimiento.
El Ministerio para la Transición Ecológica aún no ha ratificado los cierres solicitados por Iberdrola y Naturgy en Asturias y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tampoco ha emitido el informe sobre la propuesta de resolución de la Dirección General de Política y Minas. Sí lo acaba de hacer la CNMC en el caso de las solicitudes de cierre que Iberdrola presentó para la central de Velilla (Palencia) y que Naturgy presentó para la central de Meirama (La Coruña). En esos informes se incluyen como pieza principal los estudios elaborados por Red Eléctrica de España -que hasta ahora no se habían hecho públicos- y en ellos el operador del sistema también evalúa el impacto de los cierre de las centrales de Lada y Narcea, al igual que las clausuras que han solicitado Endesa, Naturgy y Viesgo para las centrales de carbón de Compostilla y La Robla en León; Puente Nuevo en Córdoba, y Andorra en Teruel.
Térmica de Lada. Iberdrola solicitó el 10 de noviembre de 2017 autorización para el cierre de los grupos termoeléctricos de carbón 1 y 2 de Velilla y el 4 de Lada, el único que estaba operativo en la central langreana. Con fecha 17 de diciembre de 2018, Red Eléctrica de España, en calidad de operador del sistema y gestor de la red de transporte eléctrico, emitió un informe sobre la viabilidad de los cierres de Velilla y Lada alcanzando la conclusión de que, bajo las hipótesis consideradas -entre ellas la referida a la disponibilidad del parque generador del conjunto del sistema-, el cierre de ambas centrales "no tendría incidencia significativa en la seguridad del sistema ni en la garantía de suministro eléctrico". En su evaluación tuvo en cuenta que anteriormente Endesa y Naturgy también habían solicitado el cierre de la central de carbón de Anllares, en León, y que hasta 2021 permanecerían inactivos cinco grupos de ciclo combinado de Naturgy que suman una potencia de 2.019 MW. Incluso tuvo en cuenta la posibilidad de situaciones extremas, con condiciones simultáneas de muy baja hidraulicidad, producción eólica con una probabilidad de ser superada del 95% y demanda extrema en algunas semanas de los meses de invierno y verano. En todos esos casos, el suministro estaba garantizado pese al cierre de Lada y Velilla.
Térmica de Narcea. Con fecha 21 de febrero de 2019, Red Eléctrica de España emitió informe sobre la viabilidad del cierre de la central de Narcea junto con las de Meirama, Andorra, Compostilla, La Robla y Puente Nuevo y concluyó que "es compatible con la seguridad del sistema y la garantía de suministro eléctrico". En este análisis se tuvieron en cuenta los cierres de Anllares, Lada y Velilla y las posibilidades de situaciones extremas. Pero también se consideró en este caso que "la tendencia para los próximos años será una ralentización del crecimiento de la demanda eléctrica, así como un crecimiento en la conexión de nuevas instalaciones de generación renovable".
