La agencia de calificación crediticia estadounidense Fitch ha mantenido la nota de España en "A-", con lo que prorroga la misma percepción de solvencia (dentro del grado medio-alto) que otorgó al país en enero de 2018, aunque ahora añade la matización favorable de "perspectiva estable", lo que aleja el riesgo de revisión a la baja.

Con anterioridad (el pasado septiembre), la también estadounidense S&P subió un escalón a España (de "A-" a "A") y la canadiense DRBS mantuvo la nota en "A" aunque mejoró la perspectiva de "estable" a "favorable". Un mes antes, en agosto, la japonesa R&I elevó el "rating" de solvencia de la deuda soberana española, que alcanza la calificación desde "A-" a "A" y con perspectiva estable. Moody's no ha actualizado su nota sobre España desde abril de 2018.

De este modo, cuatro de las cinco agencias han revisado ligeramente al alza su percepción sobre España pese a las dificultades políticas y la desaceleración económica global.