Calles llenas a rebosar, tiendas muy animadas y accesos a los centros comerciales atascados por largas filas de impacientes coches. La campaña de Reyes va camino de convertirse en todo un éxito para los comerciantes, tras años de cierto letargo en los que las ventas crecían, aunque de manera más contenida. Aun así, los pequeños comercios no quieren tirar aún las campanas al vuelo, si bien reconocen que las cajas registradoras están funcionando a tope. Y queda lo mejor. El martes comenzará la campaña de rebajas, en la que los comerciantes tienen importantes expectativas puestas. Creen que puede prolongar la buena racha.
Lo esperan así sobremanera porque el efecto llamada de las rebajas, que otros años había quedado diluido por la carrera de las grandes cadenas para adelantarse a la campaña de descuentos, esta temporada puede resurgir debido a que los dos gigantes de la distribución en España -el grupo Inditex y El Corte Inglés- han decidido iniciar sus campañas a partir del próximo martes, un día después de Reyes, igual que harán la inmensa mayoría de los pequeños comercios.
Otras marcas textiles importantes, casos de Mango, H&M o Cortefiel, por ejemplo, sí han tratado de adelantarse a los competidores para sacar partido al fuerte tirón de ventas que se está registrando en estos días previos a Reyes. Comenzaron con tímidas promociones en sus páginas webs y los descuentos ya han dado el salto a las tiendas físicas.
Cabe pensar que ese adelanto no desteñirá un periodo de rebajas en el que se espera, según diversos estudios, que aumente con intensidad la contratación de personal como refuerzo en las tiendas -se estima que en Asturias se han realizado ya 3.100 contratos laborales, un 4,1% más que hace un año- y que el gasto de los consumidores crezca un 2,4% con respecto a 2018.
A la espera de entrar en las rebajas, al comercio le queda el último tirón de la campaña navideña. Y, con toda probabilidad, el más goloso: los regalos de Reyes. Por ahora, los representantes de los comerciantes miran más atrás para hacer balance. Tanto como a finales de noviembre, cuando el último viernes de ese mes del postrero otoño se celebró el llamado Viernes Negro (Black Friday) que, al igual que está pasando ahora, colapsó calles, comercios y servicios de paquetería. "Ese día se vendió todo lo que no se había vendido las semanas antes y todo lo que no se vendió las semanas posteriores", señala la secretaria general de la Federación Asturiana de Comercio, Magdalena Huelga, sobre uno de los efectos que tiene esa cita: los consumidores concentran en el Viernes Negro compras que preveían hacer en otros momentos.
Con la proximidad de la Navidad, la cosa mejoró y las ventas comenzaron a repuntar. Ahora el broche está siendo positivo. "Este tirón final está siendo bueno", dice Huelga. Y la previsión es que la buena racha se prolongue durante las rebajas. La representante de la citada Federación matiza sobre la animación de estos días: "El hecho de que se hagan cosas para que haya más gente por la calle está bien, pero hacen falta también medidas directas para el sector y, más en concreto, para el comercio de proximidad".
La sensación de los comerciantes es que este año las cosas van mejor en el comercio ovetense que en el gijonés, gracias a esa mayor afluencia de gente por las calles. "La impresión es que las cosas no van mal. Está habiendo mucho movimiento este año", señala la gerente de la Unión de Comerciantes del Principado, Carmen Moreno.
No solo los centros urbanos están llenos, también los complejos comerciales. El gerente de Intu Asturias, Fernando García, asegura que este enclave batió el año pasado todos los récords de asistencia. Pasaron casi nueve millones trescientas mil personas por allí en 2019. "Todas las reformas que hemos hecho han funcionado muy bien, nos estamos consolidando también como un destino gastronómico además de comercial", expone García.
