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La reconversión del camión

Los 300 transportistas asturianos que servían carbón a las térmicas se ven obligados a invertir en la adaptación de sus vehículos para poder buscar nuevos mercados

Un camión de transporte de carbón en el puerto de Pajares.

El apagón de las centrales térmicas de carbón deja a unos trescientos transportistas asturianos en el arcén laboral. Abocados a buscar un nuevo rumbo. El drástico cambio en la dieta energética nacional, sustituyendo el carbón por gas y energías limpias, ha obligado a los camioneros asturianos que se dedicaban a mover el mineral a buscar nuevos mercados, nuevas rutas y nuevas mercancías que acarrear. Solo quedan unos pocos -decenas- que llevan el mineral desde el puerto de El Musel a las centrales de Soto de Ribera y Aboño, pero ya son una rareza en la carretera. El resto ha tenido que apagar los motores o cambiar la cuba para poder transportar otros materiales. Es la reconversión del camión.

La mayoría de esos trescientos camioneros son autónomos, apunta el presidente de la patronal Asetra, Ovidio de la Roza. "Los que han podido se han ido jubilando, y otros muchos han tenido que buscar otro tipo de mercados", apunta. No ha sido tarea fácil. "Los hay que han optado por las rutas internacionales, porque las rentabilidades allí son mayores", destacó Alejandro García Monjardín, presidente de la patronal Cesintra. De la Roza hace cuentas para mostrar la magnitud de la reconversión. "A El Musel llegaban de forma anual nueve millones de toneladas de carbón de las que tres eran transportadas por camiones. Se han perdido muchos viajes", destaca. Los camioneros han tenido que cambiar el carbón por otras mercancías como el cemento, la madera o los productos agroalimentarios.

La transformación está siendo costosa. Los conductores se han visto obligados adaptar sus vehículos ya que las "bañeras" de aluminio para el transporte de carbón no suelen servir para llevar otro tipo de productos. La factura para comprar nuevos remolques puede superar los 40.000 euros. Los menos han podido mantener las "bañeras", pero ahora, en vez de llevar carbón, trasladan abono.

Sin ayudas

El sector se siente desamparado. "Va a haber ayudas para afrontar la transición energética y hacer inversiones en energías renovables, pero con nosotros (con los transportistas) no se cuenta, nadie nos va a echar una mano para adaptarnos", lamenta De la Roza.

Monjardín, más reivindicativo, asegura que es necesario que esas ayudas prometidas para compensar el cierre de las centrales térmicas de carbón también lleguen al sector del transporte. Como idea lanza que sería positivo que una parte de las subvenciones se destinara a bonificar el peaje del Huerna y así rebajar lo que los camioneros tienen que pagar cada vez que cruzan a La Meseta por esa autopista. "¿Para qué queremos ayudas directas, de qué nos iba a servir que nos dieran 2.000 euros? Una medida como la rebaja del peaje sería suficiente para reanimar a la economía y al sector del transporte regional", asegura Monjardín.

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