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La subida del paro aviva la alarma de empresas y sindicatos sobre la industria asturiana

La región encabeza el aumento del desempleo por el fin de los contratos de Navidad, y el sector fabril registra un empeoramiento inédito desde 2013

La subida del paro aviva la alarma de empresas y sindicatos sobre la industria asturiana IGNACIO PULIDO|

El mercado laboral asturiano inició 2019 con una intensa subida del desempleo, al agotarse en enero los contratos estacionales vinculados a la campaña navideña, y con indicios de dificultades en la industria que han avivado la preocupación de las organizaciones patronales y sindicales sobre la situación del sector. Los datos conocidos ayer reflejan que Asturias es una de las pocas comunidades donde el paro industrial es más alto que hace un año, algo que además no ocurría desde 2013.

La región tenía el 31 de enero pasado 72.967 parados inscritos en las oficinas públicas de empleo, 3.010 más que en diciembre. Tal avance mensual del paro fue el segundo mayor del país en términos relativos (4,3%, superado por el 5,7% de Cantabria) y se explica principalmente por la extinción de cientos de contratos temporales en la hostelería, el comercio o el transporte, actividades que durante las Navidades refuerzan sus plantillas. Gijón y Oviedo, con incrementos del 4,9%, encabezaron esa subida regional del desempleo, altísimamente concentrada en las empresas de servicios (nueve de cada diez nuevos parados fueron demandantes de trabajo en este sector).

Por las razones estacionales comentadas, el paro empeora siempre en los meses de enero, si bien esta vez lo ha hecho con algo más de intensidad que en eneros precedentes (4,3%, frente al 4,1% de 2019 y al 3,8% de 2018) y con subidas en todos los sectores de un mes para otro. El retrato estadístico cambia si la comparación se hace con la Asturias de hace un año: hay 2.814 desempleados menos que a estas alturas de 2019 y se observan mejoras en los servicios, en la construcción y en el campo, pero no en la industria. Ahí pusieron el foco ayer los agentes sociales para llamar de nuevo la atención sobre las dificultades del núcleo fabril de la economía regional, sacudido por la desaceleración del crecimiento global y del comercio internacional y por el proceso de descarbonización.

"Preocupa especialmente el sector industrial, donde aumenta el paro en el mes (255 desempleados más) y es también el único con más paro que hace un año (149 más). Hay que tener en cuenta que la industria ha pasado en diez años de tener más de 60.000 afiliados a la Seguridad Social a menos de 50.000", subrayó ayer Marta Álvarez, responsable del servicio de estudios de la Federación Asturiana de Empresarios. Los portavoces de UGT y de CC OO, Mar Celemín y Úrsula Szalata, respectivamente, también pusieron énfasis en "la debilidad de la industria".

El hito que se produjo en el paro industrial es el siguiente: por primera vez desde el verano de 2013, el desempleo del sector es más alto que a la misma altura del año anterior, y, aunque el aumento es modesto (149 parados más que en enero de 2019, hasta sumar 6.218), que se haya producido puede ser interpretado como un aviso estadístico de que los problemas de varias ramas productivas, reflejados en los índices de producción, pasan factura en el empleo. Lo dan a entender también los datos de las afiliaciones a la Seguridad Social: las empresas manufactureras tienen 730 cotizantes menos que hace un año y el subsector del suministro energético, que incluye a los trabajadores de las térmicas de carbón, está por debajo de los 1.100 empleos, algo inédito hasta donde llegan los números disponibles.

La subida del desempleo industrial asturiano coincide mientras en el conjunto el país el sector sigue presentando mejores registros que hace un año. El paro fabril es inferior al de principios de 2019 en once de las diecisiete comunidades y en doce de ellas hay más cotizantes a la Seguridad Social. Sin embargo, Asturias tiene un comportamiento mejor que la media del país si se consideran todos los sectores en conjunto: el descenso interanual del desempleo regional (-3,7%) más que triplica el promedio español (-0,97%), dato este último que pone de manifiesto cómo la desaceleración de la economía nacional e internacional está impactando en el mercado de trabajo.

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