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El empleo de la banca y de la energía, en mínimos en Asturias

El recorte de oficinas pone al sector financiero al borde de bajar de 5.000 trabajadores l La plantilla de las eléctricas cae el 8%

El empleo de la banca y de la energía, en mínimos en Asturias

La banca y la producción energética, actividades ambas en proceso de reconversión, registraron nuevas pérdidas de empleo en Asturias durante el pasado año, llegando a marcar al final del ejercicio los niveles de ocupación más reducidos hasta donde llegan las estadísticas de acceso público (1996). El sector financiero va camino de bajar de los cinco mil asalariados, en el contexto del proceso de reducción de la redes comerciales que sigue protagonizando la mayoría de entidades, y el energético bajará muy probablemente del millar este año, a medida que se consumen los cierres de las térmicas de Lada (Langreo) y Soto de la Barca (Tineo).

La banca. Las plantillas de bancos y compañías de seguros sumaron durante 2019 una media de 5.184 trabajadores por cuenta ajena, tras un descenso del 2,7%, el décimo consecutivo. Desde 2009, el sector ha perdido cerca de 1.200 puestos de trabajo, el 18,7% del total. Es el reflejo en Asturias de las transformaciones que la banca española ha encadenado en este tiempo: los recortes de tamaño y las oleadas de fusiones que siguieron a la crisis financiera internacional iniciada en 2007, el impacto de las nuevas tecnologías y los procesos de ajuste de costes desplegados por casi todas las entidades ante el deterioro de la rentabilidad en un entorno de tipos de interés históricamente bajos.

La pérdida de más de un millar de empleos en una década ha sido paralela a un recorte del 36% en el número de oficinas de bancos y cajas de ahorro en ese mismo tiempo: hoy hay 616 sucursales, 344 menos que a finales de 2029. En diciembre de 2019, el empleo (5.072 trabajadores) se situaba cerca de bajar de las cinco mil personas. Lo hará en 2020 si persiste la misma velocidad de ajuste.

La energía. El epígrafe de los cotizantes del régimen general de la Seguridad Social que comprende la producción y distribución de electricidad y gas tuvo como promedio 1.159 afiliados el pasado año, tras una reducción del 8%. Fue el sexto ejercicio consecutivo con pérdida de empleo. El número de cotizantes a final de año (1.088) y la intensidad del recorte de 2019 hace presumir que el conjunto de estas actividades pueda bajar del millar de empleos en 2020. El ajuste en una década ha sido del 21% (305 empleos), coincidiendo con las mutaciones observadas en el negocio de la generación eléctrica: cerraron grupos térmicos de carbón (la potencia activa pasó de 2.628 megavatios en 2009 a 2.099) y se abrieron otras plantas (una central de gas y parques eólicos) que más que suplieron la capacidad productiva clausurada, pero no el empleo perdido. Este año está previsto que se consumen los cierres de las térmicas de Langreo (Iberdrola) y Tineo (Naturgy).

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