El Gobierno redujo ayer en dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española para este año, que pasa del 1,8% (estimación anterior) al 1,6%, cuatro décimas por debajo del aumento (2%) que experimentó el PIB nacional en 2019, según el dato provisional avanzado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en enero y por el Banco de España en diciembre.

La rebaja ayer de dos décimas por el Consejo de Ministros alinea la predicción gubernamental con las de FMI y la OCDE para España (ambos organismos apuntan al 1,6%), mientras que la Comisión Europea (más pesimista) pronostica el 1,5%. La predicción del Ejecutivo se queda no obstante por debajo de las estimaciones más optimistas del Banco de España (1,7%) y de la Autoridad Fiscal Independiente (1,8%).

Pese al recorte, que recoge el efecto de la desaceleración global y europea, España seguirá creciendo, según el Gobierno y el conjunto de los organismos internacionales, por encima del promedio europeo: la eurozona avanzará este año el 1,2% según la Comisión Europea y el 1,3% según el FMI.

El Ejecutivo prevé que la velocidad de crucero de la economía española sea muy similar durante la legislatura: 1,5% en 2021, 1,6% en 2022 y 1,7% en 2023.

En cuanto a las cuentas públicas, el Gobierno alivia la senda de ajuste vigente con la UE y aleja la superación del déficit público, un objetivo que descarta alcanzar en la legislatura.

El último compromiso con Bruselas preveía volver al equilibrio en 2021, pero tras la larga interinidad del Gobierno y la prórroga presupuestaria, el ejecutivo lo había pospuesto a 2022 y ahora lo demora aún más. Según sus cuentas, España terminará este año con un descubierto presupuestario del 1,8% del PIB, del 1,5% en 2021, del 1,2% en 2022 y del 0,9% en 2023. El límite de gasto no financiero ascenderá en 2020 a 127.609 millones. Supone un aumento del 3,8%, que, según el Ministerio de Hacienda, "recoge la prórroga presupuestaria" de 2019 "más los gastos asumidos en el pasado ejercicio".

Con este nuevo escenario (más déficit del que se había previsto en anteriores pronósticos y menos crecimiento económico) la deuda pública en relación al PIB seguirá descendiendo pero a menor velocidad: si en noviembre (último dato del Banco de España) estaba en el 96,1% del PIB, la estimación de Hacienda es que baje al 94,6% este año, 93,4% en 2021, 91,7% en 2022 y 89,8% en 2023.

La caída del desempleo también se ralentizará, en paralelo con la desaceleración de la economía. Según la proyección del ejecutivo, la tasa de paro (que cerró el año pasado en el 13,78% de la población activa, según el INE), se situará en el 13,6% este año (frente al 12,3% que había vaticinado el Gobierno en octubre) para descender al 13% en 2021, 12,6% en 2022 y 12,3% en 2023. La merma de la desocupación será de 1,5 puntos en la legislatura. A esta lentificación de la caída de la tasa de paro (desempleados en relación a la población activa) también ha estado contribuyendo últimamente el aumento de los activos y no sólo la desaceleración.