La compraventa de viviendas cortó en 2019 su tendencia ascedente en el conjunto de España y también en Asturias. Las transacciones de pisos y casas (8.353) bajaron en la región el 6,4% interanual, tasa que duplica la media española y que supone el primer retroceso desde 2014, según muestran los datos divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

El bache fue generalizado en el país, con caída de las compraventas en once de las diecisiete comunidades autónomas y descensos particularmente pronunciados en Canarias (-14%) y Baleares (10,9%), presumiblemente por el retroceso en las adquisiciones de segundas residencias. En Madrid, comunidad donde la inversión inversión inmobiliaria había sido particularmente dinámica en los años precedentes, la transmisión de viviendas bajó el 7,5% interanual.

El comentado balance de 2019 coincidió en un contexto económico marcado por la desaceleración del crecimiento dentro y fuera de España. También, por cambios normativos de alcance que afectaron al negocio inmobiliario. La entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria en el mes de junio, con nuevas reglas y trámites orientados a reforzar la protección de los prestatarios, provocó durante varios meses fuertes retrasos en la tramitación de hipotecas y con ello en la formalización de las compraventas. El atasco se prolongó hasta el otoño. La nueva regulación ha incluido la obligación de un mayor intercambio de información entre las notarías y las entidades financieras, así como la necesidad de que los clientes realicen una prueba o examen ante el fedatario público para verificar que comprenden los términos del préstamo hipotecario.

En Asturias, el declive de las compraventas afectó de manera singular a las de vivienda usada, segmento que concentra el 75% de las operaciones desde que, tras la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008, se hundió la actividad edificatoria. Las transacciones de pisos de segunda mano bajaron el 8% y las de los nuevos, el 1%. En 2019 se vendieron en la región 2.000 viviendas de nueva construcción, frente a las casi 7.000 de 2007.