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El recorte de la cogeneración da la puntilla a Sniace, participada por la asturiana TSK

Edificio de TSK en el Parque tevnológico de Gijón

El recorte anunciado de la retribución de la cogeneración ha dado la puntilla a la compañía cántabra Sniace, con planta en Torrelavega, que ayer anunció su clausura y liquidación, así como la de dos sociedades participadas (Celltech y Viscocel) por la imposibilidad de "hacer frente a los compromisos de pagos derivados del convenio de acreedores".

Sniace, participada por la ingeniería gijonesa TSK (mayor accionista y dueña del 29,88% del grupo cántabro), estaba atravesando desde el año pasado por dificultades a causa del abaratamiento de la celulosa, que fabrica para la producción de fibra viscosa, toallitas y fibra ignífuga. Por esta razón había emprendido una regulación de empleo temporal para 229 de sus 427 trabajadores. Sin embargo, la renuncia anteayer por la compañía Cogen al contrato por el que suministraba energía a la planta de Sniace ha supuesto la imposibilidad definitiva para la continuidad de la fábrica. Cogen alegó que perdería 9 millones este año por el anunciado recorte ministerial de la remuneración a la cogeneración. Sniace reabrió en 2016 tras un proceso concursal y TSK, que entró en su capital en 2008, acudió a las cuatro ampliaciones de capital realizadas desde 2015.

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