Caja Rural de Asturias obtuvo el pasado año un beneficio neto de 30,52 millones de euros, lo que representa un aumento del 3,6% respecto a 2018, informó ayer la entidad financiera en un comunicado. Los recursos gestionados de clientes subieron un 8,1%, hasta 3.771 millones de euros, mientras que la inversión crediticia creció un 7,4%, hasta situarse en 2.415 millones. La morosidad bajó al 2,61%, tras un descenso del 14,42%. En el capítulo de la gestión del riesgo la entidad mantuvo un nivel de cobertura del 62,23%, teniendo en cuenta que el 60% de la cartera de crédito tiene garantía hipotecaria. Caja Rural concedió en el año 16.087 préstamos por un importe total de 404 millones, de los que 146 millones fueron para empresas. Además, captó 17.517 nuevos clientes, de los que 13.510 son particulares; 2.263, empresas y 1.744, autónomos.