Ence revisará en julio el aplazamiento del plan inversor para incorporar nuevas líneas de fabricación y productos con mayor valor añadido en su factoría de celulosa de Navia, anunció ayer la dirección de la compañía. La empresa aseguró que, pese al aplazamiento decidido anteayer por su consejo de administración, sigue comprometida con el proyecto y trabajando en la ingeniería, el estudio ambiental y la selección y contratación de proveedores para "la puesta en marcha del proyecto".
Tras la inversión realizada el año pasado en Navia, y que supuso incorporar mejoras medioambientales y una ampliación de la capacidad productiva en 80.000 toneladas de celulosa -hasta situarla en 685.000 toneladas anuales-, la compañía tiene comprometido en su plan estratégico para 2019-2023 la ejecución de otro plan inversor en la factoría naviega por un monto cercano a los 500 millones para la fabricación de productos higiénicos absorbentes y la construcción de una nueva línea polivalente capaz de producir indistintamente, según las condiciones de mercado, bien celulosa para fabricar viscosa con destino al sector textil o la celulosa de fibra corta que ya se elabora en la planta asturiana.
Este plan inversor, cuya ejecución se decidió aplazar en la reunión del consejo del miércoles, ha sido revisado al alza en diez millones de euros respecto a su diseño inicial, al reforzarse el objetivo de productos higiénicos de las 80.000 toneladas inicialmente consideradas a 120.000. Con ello, el presupuesto estimado para esta adaptación oscilará entre 40 y 50 millones frente a los 30 ó 40 millones considerados en origen. Con ello, el monto total del proyecto diversificador para Navia pasa de una horquilla entre 480 y 490 millones a un rango entre 490 y 500 millones, según la actualización difundida ayer por Ence en un documento a los inversores.
La parte más cuantiosa del proyecto (la línea oscilante o flexible, capaz de producir hasta 200.000 toneladas de celulosa para viscosa o hasta 340.000 toneladas de celulosas de fibra corta para papel "tisú" y otras elaboraciones para el sector papelero) se mantiene en los términos previstos, con un presupuesto estimado de 450 millones.
La decisión de posponer este programa inversor se adoptó a causa de la caída del precio internacional de la celulosa en el último año y para cumplir el compromiso de la compañía de mantener por debajo de 2,5 veces la ratio de deuda neta en relación al resultado operativo ("ebitda"). Al cierre de 2019 estaba en cuatro veces.
En julio la empresa volverá a evaluar si reactiva el plan o mantiene su aplazamiento. En todo caso, Ence dijo ayer que "trabaja para culminar con éxito los proyectos incluidos en su Plan Estratégico 2019-2023 y que permitirán consolidar" a la fábrica de Navia (la más importante del grupo) como "un referente internacional del sector, así como en un motor económico para su entorno".
En sus comunicaciones al mercado, la compañía enfatizó de nuevo ayer, como había hecho la víspera, que "los precios de la celulosa han tocado suelo desde su mínimo de los últimos diez años en el cuarto trimestre", que a fines del año pasado ya se apreció un aumento de la demanda y recortes de producción por parte de algunos competidores, y que todo ello está contribuyendo a que los almacenajes y "stocks" en las fábricas estén regresado a sus niveles ordinarios. En lo que va de 2020 la planta de Navia ha aumentado su producción en más del 10% respecto al mismo periodo de 2019, un incremento proporcional a la ampliación de su capacidad que se acometió el año pasado.
Junto con el aumento de la producción y la recuperación del precio de la celulosa, Ence también trabaja en un plan de optimización de costes para mejorar sus ratios.
El presidente de Asturias, Adrián Barbón, confió ayer en que "en muy poco tiempo" Ence revise la demora en las nuevas inversiones.
