Duro Felguera cerró 2019 con unos beneficios de 10,9 millones de euros, pese a las trabas que continúa para acceder a nuevos contratos debido a la cerrazón de la banca a darle los avales financieros que le exigen los clientes. José María Orihuela, consejero delegado de la ingeniería asturiana, aseguró que el trabajo y el esfuerzo que está realizando el renovado comité de dirección comienza a dar sus frutos. "Estamos orgullosos de los resultados obtenidos, estamos creciendo y dejando atrás la crisis y las pérdidas", señaló.

Sin embargo la compañía aseguró que tiene previsto continuar con sus ajustes. Entre ellos, plantea prolongar su plan de desinversiones para poder seguir haciendo caja. En la mesa está por ejemplo, vender la sede que la ingeniería tiene en el parque tecnológico de Gijón, y seguir allí en régimen de alquiler. También prevé seguir metiendo tijera a su plantilla, formada ahora por 1.546 personas.

Orihuela confía en poder cerrar "pronto" un acuerdo con la banca para que le de los avales que le permitan optar a un mayor número de contratos. El consejero delegado de la ingeniería también señaló que ha comenzado los contactos con posibles inversores industriales que entren en el accionariado de la compañía. Ya le han salido varias novias. Pero los contactos son aún muy preliminares.

Los resultados, añadió el grupo, superan los objetivos que se habían marcado en su plan estratégico. Las ventas, pese a todas las dificultades, llegaron a los 397, 6 millones de euros, y, sacó pecho Orihuela, la compañía ya tiene más dinero en tesorería que deuda.