La banca está tratando, sin éxito, de retrasar los numerosos pleitos que se comienzan a acumular en las mesas de los Juzgados por las llamadas tarjetas "revolving", aquellas en las que con frecuencia el usuario paga y paga intereses, pero la deuda no acaba de bajar. A las entidades financieras la estrategia les está saliendo rana, ya que los jueces no están aceptando ninguna de estas reclamaciones. Las van rechazando una a una y dando la razón a los consumidores. Cuenta el abogado avilesino Celestino García Carreño, uno de los más activos en este tipo de casos, que cada semana hay en la región cinco o seis sentencias en contra de la banca.

Las entidades financieras quieren retrasar los procesos judiciales porque tienen la expectativa de que esta misma semana el Tribunal Supremo les dé la razón -al menos en parte- y dicte jurisprudencia para que los jueces dejen de considerar usurarios los intereses de las tarjetas. Pese a todo, el letrado ovetense Juan Rodríguez Ovejero, señala que "se siguen dictando sentencias contra los bancos, de hecho la última fue notificada el viernes". Celestino García Carreño asegura que entre los jueces asturianos hay unanimidad absoluta.

La sala de lo Civil del Tribunal Supremo se reunió la semana pasada para deliberar sobre estas polémicas tarjetas, cuyos intereses pueden llegar hasta el 30%, pero aún no ha dado a conocer sus conclusiones. Se espera que el alto tribunal pueda airear su decisión esta semana, en la que el Tribunal Europeo de Justicia se pronunciará sobre el también polémico tipo de interés IRPH de las hipotecas.