"El estatuto electrointensivo en su redacción actual no es bueno para Asturias, por su perfil industrial, y sí lo es para Cataluña y el País Vasco, también por su perfil industrial; se deben buscar los mecanismos que corrijan ese desequilibrio por el bien de la industria asturiana", señaló a este diario Belarmino Feito, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), a propósito del impacto territorial del proyecto del Ministerio de Industria.
"Si no se corrige ese desequilibrio, se estará generando una situación en la que habrá regiones de primera y regiones de segunda; estamos a tiempo de que no sea así", añadió el líder empresarial, emplazando de ese modo al Ejecutivo a aceptar las alegaciones formuladas desde Asturias, Galicia y Cantabria.
Feito afirmó también: "no quiero pensar que esto obedezca a intereses políticos". Lo hizo en referencia a la tesis -defendida por el Gobierno de Galicia (PP) en un contexto preelectoral- según la cual la orientación del estatuto electointensivo y los beneficios singulares que conlleva para el País Vasco y Cataluña serían una especie de tributo del Gobierno al nacionalismo vasco por su apoyo a la presidencia de Sánchez y de cara a los próximos presupuestos y también una concesión al independentismo en el contexto de las conversaciones abiertas sobre el conflicto catalán.
Desde el lado sindical, Damián Manzano, líder de la Federación de Industria de CC OO en Asturias subrayó que el proyecto de estatuto "no se corresponde en absoluto con la necesidad que motivó el compromiso del Gobierno de ponerlo en marcha: el anuncio de los cierres de Alcoa en 2018". Manzano hizo notar que, a partir de ese hecho y de las reivindicaciones de Asturias, se reconoció la necesidad de actuar en apoyo del a industria verdaderamente electrointensiva. Sin embargo, "después de promesas y retrasos, el resultado es un desastre".
Jenaro Martínez, líder de FICA-UGT, en Asturias, incidió también en que la demanda de medidas en la luz de la industria "partió hace años de los sindicatos asturianos". "El estatuto es insuficiente; ahora hay que conseguir que se acepten las alegaciones, actuando juntos", dijo. Y concluyó: "Los políticos deben tener altura de miras y no tirarse los trastos a la cabeza en este asunto".
