Los teléfonos de los despachos de abogados laboralistas en Asturias echan humo desde hace unos cuantos días. Al otro lado de la línea empresarios de sectores de lo más diverso quieren saber qué trámites seguir para impulsar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) entre su plantilla y así aliviar los impactos en su actividad asociados a la epidemia del coronavirus. Algunas compañías ya se han lanzado -especialmente aquellas dedicadas al turismo o cuyo negocio está relacionado con el ámbito de la red educativa (empresas de catering o limpieza, por ejemplo)- a tramitar ante la Administración una regulación de empleo por causas de fuerza mayor. Ahora mismo es el procedimiento más rápido, ya que la autoridad laboral tiene cinco días para dar una respuesta y no se precisa el periodo de consultas previo de los expedientes ordinarios. La mayoría de los empresarios está esperando a que el Gobierno articule medidas que faciliten y agilicen estos trámites.

La semana que viene este aluvión de consultas se convertirá irremediablemente en una cascada de regulaciones temporales de empleo, avisan los abogados. "Esta semana ha habido dos fases diferentes", explica Carlos García Barcala, socio del departamento laboral de Garrigues en Asturias, Galicia y Castilla y León. La primera fase tuvo lugar a comienzos de la semana, cuando muchas compañías asturianas comenzaban a percibir las amenazas e impactos de la pandemia. "Pedían información de las opciones que había y sobre los diferentes escenarios a los que podrían tener que enfrentarse", señala el letrado. La segunda fase ha sido la de estas últimas fechas, en las que muchas compañías querían pasar a la acción e ir presentando regulaciones de empleo a la vista del menoscabo en el negocio y los costes derivados de la epidemia.

"Algunas empresas necesitan hacer esas regulaciones ya", dice Barcala, "pero nosotros se lo estamos desaconsejando porque lo mejor es esperar al decreto que va a sacar el Gobierno sobre este tema". Tras reunirse estos días con empresarios y sindicatos, el Ejecutivo prepara una normativa para agilizar los trámites. Supondrá que regulaciones temporales de empleo puedan aprobarse en el plazo de una semana o incluso antes. No obstante, sería una medida extraordinaria y temporal. Circunscrita a la crisis del coronavirus.

Aunque Barcala advierte que puede darse otro problema. "¿Tendrá la Administración capacidad para resolver rápidamente estos expedientes? Porque es posible que muchos funcionarios estén o con el virus o en cuarentena", destaca. Es más, también cuestiona si el propio Servicio Público de Empleo tendrá recursos humanos bastantes para hacer frente a las solicitudes de desempleo, que se esperan que lleguen por miles.

Hay algunas compañías que no han podido esperar al decreto que prepara el Gobierno. Ricardo Sanmarcos, socio director de Vaciero, asegura que desde su despacho ya se ha tramitado algún ERTE por fuerza mayor y están a la espera de que la autoridad laboral se pronuncie sobre estas regulaciones.

Esta es la vía más rápida para las empresas para tratar de aligerar su plantilla, pero muy pocas pueden tomar este camino. Para hacerlo, la compañía debe justificar muy bien que no puede prestar sus servicios por causas ajenas a ella. No obstante, sí que encajarían en este perfil negocios que prestan sus servicios a colegios o universidades -cerrados por orden de la Administración- , caso de compañías de limpieza o catering. "No todo el mundo tiene la posibilidad de pedir un ERTE por fuerza mayor, por eso se están pidiendo otras vías más rápidas", resalta Sanmarcos.

¿Cuáles son los sectores más afectados? Marcos Martínez, decano del Colegio de Graduados Sociales de Asturias, responde sin dudar un segundo: la hostelería y otros negocios ligados al ocio. Martínez es otro de los que en su despacho y en la asociación llevan varios días atendiendo llamadas de empresas preguntando sin parar por los procedimientos para regular empleo. Los negocios relacionados con el sector servicios son los primeros que se están contagiando por la inactividad. Sin embargo, Barcala agrega: "A nivel de la industria también hay algo de preocupación, si bien las empresas tienen capacidad para aguantar más tiempo". Entre los que no han esperado está la cadena de gimnasios Ingesport, que explota la marga GO Fit, con un establecimiento en Montecerrao (Oviedo). Ya anunció que los veinte centros deportivos que tiene en España y Portugal estarán cerrados durante las próximas dos semanas -incluido el de la capital asturiana- y precisó que ha puesto en marcha una regulación de empleo temporal para sus 1.400 trabajadores.