Dos de cada tres empleos destruidos en marzo por la pandemia del COVID-19 eran temporales, según ha detallado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

Así, de la destrucción de empleo en marzo, cerca de 900.000 afiliados menos, el 70 % eran temporales (613.250) frente a los 223.353 indefinidos.

Durante una rueda de prensa telemática para valorar los datos conocidos este jueves, Escrivá también ha señalado que ese empleo destruido en catorce días de marzo es prácticamente el mismo que se destruyó entre octubre de 2008 y febrero de 2009 (101 días) tras la quiebra de Lehman Brothers.

"Son datos sin precedentes (...) que responden también a una situación excepcional", ha subrayado Escrivá, que ha destacado que el Gobierno trabaja para garantizar las rentas de los que se ven afectados, lo que, junto a otras medidas, permita una recuperación "intensa sobre bases solidas".

Así, ha señalado, por ejemplo, que estos temporales se quedarían sin protección por desempleo en otras circunstancias y ahora sí lo tendrán por el nuevo subsidio extraordinario aprobado.

"Somos de los países que más lejos han ido en esta garantía de rentas", ha añadido.

La Seguridad Social perdió 833.979 afiliados al cierre de marzo por el impacto del COVID-19, marcando así la mayor caída de su historia y dejando el número de cotizantes en 18,4 millones, mientras que el paro registró el mayor aumento mensual de la historia con 302.265 nuevos demandantes.