El sector textil tiene una importancia capital para la economía española. Pero este mercado no son solo las grandes empresas cuyos nombres, seguramente, a todos ya les han pasado por la cabeza. Puntada a puntada, está formado por muchos negocios, algunos de ellos pequeñitos. Es el caso de Covadonga Vázquez, que es un eslabón en ese sector de actividad que tantas alegrías le da a la economía nacional. Vázquez regenta una tienda de artículos de lencería y mercería en Oviedo que, lógicamente, lleva con las puertas cerradas desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo. Aquella orden de que se encerrara en su casa, confinada, y que cerrara la tienda la pilló con el almacén lleno con la nueva ropa de la temporada de verano. No hay vuelta atrás. Tras dos meses con las puertas cerradas ya da por perdida esa campaña. Un negocio que no recuperará. Lo explica así: "Llevamos cerrados desde mediados de marzo y la campaña de verano ya la doy por perdida. Son dos meses ya los que llevamos cerrados y en los que no se puede vender nada". Así, las nuevas existencias continúan almacenadas en la tienda a la espera de ver a qué fase de la desescalada de la economía puede acogerse para reabrir cuanto antes.

Tampoco le convence a Vázquez la forma en la que el Gobierno ha gestionado las ayudas para los autónomos. Han tardado en llegar o, en los peores de los casos, no lo han hecho. Y las trabas son muchas, sobre todo porque con el confinamiento a muchos les cuesta asumir la burocracia. "Las ayudas son muy importantes y nos vemos con muchos problemas a la hora de acceder a ellas. Se nos pide mucho papeleo que, además, desde nuestras casas no podemos hacer", resalta la autotrabajadora.

Vázquez está preocupada por las repercusiones que este cierre pueda tener sobre el negocio textil en España. Un sector que en Asturias está formado por muy pocas compañías -en su mayoría pequeños fabricantes-, pero que en el resto del país tiene una importancia capital. "Es una pena porque nuestro sector, el textil, mueve un gran número de puestos de trabajo", señala. Están las grandes empresas y también las tiendas, pequeñas y medianas, que venden los productos. "No solo soy yo. Son las fábricas que hay en este sector. Si nosotros no vendemos, ellas no funcionan tampoco", argumenta.

Augura la comerciante que se va a producir una "importante brecha" en este sector como consecuencia de esta pandemia sanitaria que ha desembocado en toda una crisis económica.

Las soluciones que ve factibles Vázquez para negocios como el que ella regenta son las mismas que vienen demandando al Gobierno nacional desde hace semanas las diferentes asociaciones de autónomos. "Deberían rebajar los impuestos", asegura, "y también los trámites burocráticos. De lo contrario, no vamos a poder seguir adelante con nuestros negocios".