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Ramón Calvo: "La banca aporta mucho y contribuye al desarrollo"

Miembro del consejo consultivo del Sabadell-Herrero, pone fin a 56 años de una actividad profesional que inició en el Banco de Langreo

Ramón Calvo Iglesias (Tudela Veguín, 1940) pone fin, a sus 80 años, a una trayectoria bancaria de más de medio siglo, que comenzó como uno de los ocho primeros empleados del Banco de Langreo en 1964 y acaba de concluir como miembro del consejo asesor territorial del Banco Sabadell Herrero.

Durante los 56 años de trayectoria profesional, vivió la transformación del Banco de Langreo en Banco de Asturias -del que fue, entre otros cargos, interventor general, director general adjunto, director general y consejero director general- y los sucesivos cambios de propiedad de la entidad hasta su adquisición por el Banco Sabadell y su posterior absorción por su rival Banco Herrero una vez que éste también fue adquirido por el grupo financiero catalán.

Como consecuencia de uno de los traspasos que vivió el Banco de Asturias, y a resultas de su control por el grupo británico NatWest Bank, Calvo fue promovido a director general de Organización y de Sistemas de Banco NatWest (la filial española de la entidad inglesa) y consejero de Banco Asturias, y luego a director general de Organización, Recursos y Medios y consejero de Solbank, la filial del grupo en el Arco Mediterráneo. Durante los diez años que permaneció fuera del Principado mantuvo casa en la región y siguió vinculado al Banco de Asturias. Su retorno se produjo en 2000, cuando el grupo Sabadell lo promovió a secretario general del Banco Herrero. Tras su jubilación laboral, en 2004, continuó como secretario del consejo consultivo del actual Sabadell-Herrero y desde 2015 como vocal, cargo que ahora abandona.

"El límite de edad de permanencia para consejeros no ejecutivos del banco son los 80 años y yo no los cumplo hasta noviembre, pero decidí anticipar la marcha", explicó Calvo a punto de poner fin a su trayectoria bancaria. "He vivido estos 56 años con mucha intensidad, en los que pasé por muchos cambios profesionales y de propiedad (algunos, traumáticos) y que comportaron incertidumbre, pero durante los que nunca cambié de organización aunque hubo ocho dueños distintos, desde el inicial Banco de Langreo, pasando por el Asturias y ahora el Sabadell-Herrero".

Pese a los avatares vividos por el banco asturiano creado en 1964 y a pesar de la desaparición de la marca, Calvo, que formó parte de su primera plantilla ("Cuando había más miembros del consejo de administración que empleados") cree que los trabajadores del grupo "ganaron la batalla, con mucha profesionalidad, a cuantos llegaron imponiendo condiciones".

A su juicio, "Asturias fue una región bancariamente importante, aunque, como consecuencia de las fusiones y absorciones, las organizaciones regionales (Banco Asturiano, Asturias, etc.) se integraron en otros grupos".

Comercialmente, todo cambió. Los métodos y los procedimientos difieren. "En mis inicios salíamos a la calle y por los pueblos en busca de cliente y pagábamos tipos de interés para captarlos, Hoy no se paga nada. Hoy lo que se ofrece es confianza", declara Calvo en la sede del Sabadell-Herrero en Oviedo. Mientras un incipiente Banco de Langreo era conocido popularmente como "Texas Bank", al Herrero, con origen en 1912 y principal operador de la banca privada, era considerado como el "banco segurín" por su tradicional imagen de prudencia. "Vivíamos el banco con mucho cariño y mucha pasión. Y trabajábamos de la mañana (en la oficina) a la noche, tomando vinos o jugando partidas para captar nuevos clientes".

"Hubo épocas en las que la banca llegó demasiado lejos pero ha aportado y aporta muchísimo a la economía, es compañera de viaje de muchas empresas y permitió y contribuye al desarrollo y a la modernización", señala. Y defiende la prudencia de toda la vida: "Lo más seguro es una cuenta a plazo o una cuenta corriente aunque no te pague interés. Me da igual la inflación. No te preocupas y vives tranquilo, no sometido a oscilaciones".

Para el futuro del sector, Ramón Calvo Iglesias, barrunta que podrían quedar cuatro o seis grupos bancarios y que se cerrarán más oficinas. "Pero la banca", sostiene "seguirá siendo una actividad básica en la economía, daremos servicios en autobuses en los pueblo, habrá más banca por internet y teléfono, pero seguirá siendo banca y los bancos continuará prestando un servicio fundamental e imprescindible".

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