ArcelorMittal presentó esta mañana a los sindicatos las condiciones del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que pretende aplicar durante los próximos meses en sus plantas españolas -incluidas la de Gijón y la de Avilés- para hacer frente a la caída de la demanda derivada de la parálisis económica provocada por el coronavirus. Una regulación que impulsará en solitario, sin el respaldo sindical después de no haber llegado a un acuerdo esta semana sobre las condiciones de este nuevo expediente. Los trabajadores ya preparan duras protestas en respuesta.
En concreto, Arcelor solo bonificará el 65% del salario de los trabajadores que estén regulados. La aplicación del expediente podría comenzar hoy mismo -aunque la multinacional tiene que presentarlo a la autoridad laboral- y se extenderá hasta el 31 de diciembre. También va a pedir que quede sin efecto el que tenían hasta ahora en marcha -firmado en 2009 con los sindicatos- y que tenía unas condiciones muy ventajosas para los trabajadores de la multinacional.
Los empleados que se vayan al ERTE durante ese periodo no generarán durante el tiempo que estén regulados vacaciones ni tampoco pagas extra. También puede reclamar a los empleados afectados que durante los días que están regulados acudan a cursos de formación para mejorar sus habilidades, aunque si situación no variaría aunque fueran al curso. Es decir, seguirían regulados y con un importante recorte en sus salarios.
La dirección de la multinacional ofreció a los sindicatos crear una comisión de seguimiento para evaluar la aplicación del expediente. Pero los sindicatos rechazaron de plano esas reuniones. "Han roto la paz social que había en Arcelor en Asturias", señalaba un representante sindical tras salir de la reunión.
Es más, los sindicatos tienen previsto reunirse a primera hora de esta tarde para discutir las acciones de protesta que pretenden llevar a cabo para tratar de exigir a la siderúrgica que recapacite. Las protestas, advierten, serán contundentes.
Lo que está por determinar será cuántos trabajadores pueden verse afectados por esta regulación. Su aplicación no será igual en todas las plantas del grupo -es probable que en las del País Vasco tenga más efecto- ni tampoco por talleres. En Asturias, por ejemplo, el de carril y hojalata están funcionando casi al tope de su capacidad estos días y tienen carga de trabajo para meses.
