"De esto saldremos seguro y saldremos reforzados". Lo dice convencido Raúl Pérez, nacido en Luarca, pero propietario de un taller donde repara y vende bicicletas de segunda mano en Oviedo. Ha tenido que permanecer cerrado hasta hace menos de una semana, aunque ha podido mantener algo de "actividad de urgencia" en lo que se refiere a reparaciones. Pérez asume que son tiempos difíciles, incluso para su sector, uno de los que está yendo al alza en los últimos días. Por ello mantiene el optimismo y sus ganas de seguir peleando: "Yo lo que quiero es crecer, soy muy echado para adelante", resume.

La normalidad se acabó para Pérez el pasado día 12. Fue entonces cuando cerró su establecimiento a la atención al público. Con todo, le quedó una vía para mantener la actividad, aunque bajo mínimos: "Un día a la semana reparaba las bicicletas de los trabajadores del reparto de comida a domicilio. Me las traían, las dejaban aquí y yo se las hacía para que vinieran a recogerlas".

Precauciones, "todas". Incluso llegaba a "bañar las bicicletas en alcohol" para matar cualquier posible resto del virus. "La tienda es grande y resulta fácil mantener las distancias", resume.

Mientras, tuvo que seguir asumiendo unos cuantos pagos, entre ellos la cuota de autónomos, la luz, el agua o el alquiler del establecimiento. Aunque no pudo lograr que le aplazaran el pago del alquiler, se muestra satisfecho con las medidas de ayuda planteadas por el gobierno nacional.

Además, la reapertura ha sido todo un éxito. "Estamos trabajando a un ritmo muy fuerte. Sin parar. Hago unas 18 bicicletas diarias. No me importa que me las hayan comprado a mí, que sean más caras o más baratas. Lo que quiero es trabajar", afirma.

Entiende que la venta seguirá creciendo, máxime con esta situación, en la que la gente puede ser reticente a usar el transporte público: "Estoy seguro de que nuestro sector se va a fortalecer con esto", vaticina.

Sin embrago, mantiene la prudencia, por miedo al estado en el que se puedan encontrar otros sectores del país. "Al final esto es una cadena. Si la gente tiene trabajo y gasta, te beneficia. Yo si trabajo, puedo traer más cosas o comprarme una chuleta. Las cosas son así. Necesitamos que todo el mundo pueda salir adelante", concluye.

Su situación actual no es por tanto del todo mala. Sin empleados a su cargo y con un taller funcionando a pleno rendimiento, Pérez ha conseguido superar -al menos de momento- la crisis provocada por la propagación del Covid-19.