Marcha atrás de ArcelorMittal en Francia. La multinacional tenía previsto parar un segundo horno alto en su planta de Fos, al sur del país, pero la fuerte presión política y sindical ha hecho que la siderúrgica lo haya reconsiderado por el momento. La decisión puede acarrear consecuencias inesperadas para el resto de instalaciones del Sur de Europa. Así se lo transmitió la dirección regional de la compañía a los sindicatos durante la negociación esta semana del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que quiere poner en marcha en Asturias para hacer frente a la caída de pedidos derivada de la crisis del coronavirus. Advierte la siderúrgica que los recortes en el sur de Europa -la zona del continente más afectada por esta crisis sanitaria- van a tener que redoblarse por la falta de pedidos, con lo que los ajustes podrían tocar aún más a las instalaciones españolas.

Inmediatamente después, la dirección asturiana de Arcelor instó a los sindicatos a pactar el expediente para que haya paz social en la región y así tratar de que la tijera de Mittal fije su objetivo en otras plantas y pase de largo. Podría estar en juego, de hecho, la actividad del horno alto B el único que queda en funcionamiento en la región, después de que el A dejara de producir en Semana Santa por el bajón de los pedidos a raíz de esta crisis sanitaria.

Por el momento, la negociación para tratar de desatascar el nuevo expediente se retomará hoy mismo. El acuerdo está bastante cercano. Es más, Arcelor ha aceptado casi todas las exigencias que le han hecho los sindicatos, excepto la del complemento a pagar a los trabajadores que se vean afectados por la regulación de ahora en adelante. Arcelor propone que ese complemento garantice el cobro del 75% del salario y los sindicatos piden que sea un 80%. El encuentro de hoy servirá, probablemente, para limar ese porcentaje. La siderúrgica ha aceptado, por ejemplo, exigencias como que a los regulados no se les toquen ni las vacaciones ni las pagas extra. También hay acercamiento para que, en el caso de que el Gobierno articule algún tipo de ayuda para el sector, los ajustes se reviertan inmediatamente.

Las negociaciones entre la multinacional y los sindicatos en Asturias han levantado ampollas entre los sindicatos vascos, que han criticado que aquí se esté discutiendo una regulación menos lesiva para los trabajadores asturianos cuando hace solo un par de semanas la siderúrgica impulsó un ERTE para las plantas nacionales en solitario en el que solo se compromete a complementar el 65% de los salarios y no computar ni las vacaciones ni las pagas extras de los empleados regulados. El sindicato ELA acusó, de hecho, a la dirección de la multinacional de estar cometiendo un "fraude" ya que las negociaciones deberían de extenderse también al País Vasco. Fuentes sindicales asturianas puntualizaron que aquí se había logrado retomar las discusiones gracias a la presión de las movilizaciones que están convocadas. Aunque los paros de esta semana han sido desconvocados.