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Total, decimosexta energética extranjera que pugna por la luz asturiana en 20 años

Diez multinacionales intentaron hacerse con HC en 2000-2001, cuatro han dominado Viesgo y dos acaban de llegar desde el sector del petróleo

Patrock Pouyanné, presidente y consejero delegado de Total.

En los veinte transcurridos de este siglo dieciséis compañías multinacionales tomaron posiciones en el sector eléctrico asturiano o pugnaron por hacerlo. La petrolera francesa Total, que ha llegado a un acuerdo con EDP para adquirir su cartera de 500.000 pequeños consumidores en la región (hogares, profesionales autónomos y pequeños negocios), además de otros 700.000 en el resto de España y dos ciclos combinados en Navarra, será la decimosexta energética internacional en buscar en el Principado una vía de crecimiento.

El grueso de los movimientos se produjeron en el último cambio de siglo en torno a la compañía asturiana Hidreléctrica del Cantábrico (HC), fundada en 1920 por varias sociedades preexistentes y antecesora de la actual EDP España.

La compañía TXU (EE UU), que había entrado como accionista de HC con el 5% tras un acuerdo con la sociedad, lanzó en 2000 por sorpresa una opa sobre la compañía asturiana, a la que se sumó otra oferta competidora de la eléctrica española Unión Fenosa. La guerra de precios sobre las acciones de HC alimentó el afán desinversor de casi todos los accionistas tradicionales de la eléctrica regional.

Para evitar una venta desordenada de HC, su consejo de administración abrió un proceso de selección internacional de un accionista de referencia para la compañía. Siete multinacionales energéticas -las estadounidenses Cinergy, AES y Enron, las belgas Electrabel y Tractebel, la francesa EDP y la portuguesa EDP- mantuvieron negociaciones avanzadas para entrar en el capital de Hidrocantábrico.

Este proceso quedó abruptamente interrumpido cuando, una vez retirada su opa por TXU y prohibida por el Gobierno de Aznar la de Unión Fenosa, las eléctricas alemanas EnBW y RWE lanzaron sus propias opas sobre Cantábrico, a la que se sumó una tercera, formalizada por la portuguesa EDP en alianza con Cajastur, el único socio de HC dispuesto a permanecer en el accionariado de la eléctrica asturiana. EDP se hizo finalmente con el control y convirtió Asturias en el centro de sus operaciones en España. Ahora proseguirá como la mayor eléctrica asturiana por instalaciones de generación, redes de distribución, clientes industriales y volumen de energía comercializada aunque Total pasará a ser el primer operador en la región por número de clientes.

Electra de Viesgo, segunda eléctrica en Asturias y vinculada a la región desde 1915, también vivió su propio proceso de mudanza de dueños. En 2001 su matriz, la española Endesa, traspasó Viesgo a la italiana Enel. En 2007 se hizo con ella la alemana EOn, que en 2015 la vendió a una alianza de la australiana Macquarie y el fondo soberano kuwaití KIA. Viesgo sigue en Asturias con distribución y energía eólica, pero en 2008 traspasó sus 77.000 clientes asturianos e instalaciones hidráulicas a la multinacional petrolera española Repsol.

El tradicional peso eléctrico asturiano explica muchos de estos movimientos. Asturias aporta el 1,957% del PIB español pero representa más del 4% del consumo (por la presencia de la industria electrointensiva), de la capacidad instalada de generación y de la producción eléctrica nacional.

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